Ante la oleada estival de turistas que está colapsando el sistema sanitario público, los médicos de las Islas Baleares reclaman que los veraneantes abonen una tarifa para acceder a los servicios de urgencias en los centros de salud estatales.
Los facultativos que ejercen en el archipiélago balear han solicitado el establecimiento de una tasa sanitaria específica para financiar la atención a los turistas que saturan el sistema durante los meses de verano.
No obstante, la consejería regional de salud ha desestimado la propuesta, alegando que excede sus competencias. La iniciativa de los sindicatos médicos es la última de una serie de esfuerzos en España para contrarrestar algunos de los efectos negativos del turismo masivo en el país.
Miguel Lázaro, presidente del Sindicato Médico de Baleares (SIMEBAL), declaró recientemente en la prensa española que “la idea es establecer una ecotasa sanitaria dentro de la ecotasa turística que se destine a contratar médicos durante la temporada en la que más se necesitan.”
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Las Islas Baleares aprobaron la denominada ‘ecotasa’ el año pasado para promover un turismo sostenible. Este impuesto se incrementa hasta 6€ por noche en verano, aunque se reduce en invierno. En el caso de los pasajeros de cruceros, el tributo se triplicó, pasando de 2€ a 6€ en temporada alta.
Los expertos médicos sostienen que el aumento poblacional estival en las islas desborda el sistema público y, en esencia, piden que la ecotasa se amplíe para incluir un “impuesto turístico adicional para contratar médicos” que hacer frente a esta situación.
Sin embargo, fuentes de IB-Salut, el servicio de salud regional de las Islas Baleares, indican al diario español El Diario que “esta [propuesta] excede nuestra jurisdicción”, ya que forman parte de la Consejería de Economía, Hacienda e Innovación.
Pero los médicos en las islas mediterráneas temen que el problema se vuelva ingobernable. “Tenemos que hacer más con los mismos recursos”, afirma Lázaro. Añade que en otros países europeos existe un copago sanitario por acudir a urgencias hospitalarias “si se eluden los servicios extrahospitalarios”.
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El presidente del sindicato médico balear también aportó datos que ilustran la presión sobre el sistema durante el verano, señalando que solo en el Son Espases de Mallorca, el principal hospital del archipiélago, se atienden diariamente entre 450 y 500 urgencias.
Durante los meses estivales, el número de pacientes en observación prolongada puede superar la cincuentena, y la espera para ingresar en planta oscila entre dos y tres días, ejerciendo presión sobre un sistema diseñado para la población local. A menudo, accidentes evitables de turistas ocupan camas que corresponderían a residentes.
“Es muy notable, tanto en términos de carga de trabajo como por el tipo de paciente que ingresa. A medida que avanza la temporada turística, la proporción entre pacientes locales y foráneos se invierte”, comenta Lara, médica de urgencias en hospitales de Ibiza y Formentera.
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El dato más fiable para analizar la carga turística en las islas es el Índice de Presión Humana (IPH) proporcionado por el Instituto Balear de Estadística (IBESTAT). La cifra poblacional diaria más baja suele registrarse en diciembre, mientras que el pico máximo ocurre en agosto.
Durante la oleada estival, la población aproximadamente se duplica en Ibiza y Menorca y se triplica en Formentera. En Mallorca, aumenta en un 50 por ciento.
Esta afluencia turística en temporada alta conlleva un aumento directo de los ingresos hospitalarios debido al consumo de alcohol y drogas. “Ejerce mucha presión sobre las salas de urgencias, ya sobresaturadas, porque los turistas consumen recursos sanitarios públicos”, afirma Lázaro.
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Sin embargo, el repunte turístico que presiona los recursos sanitarios locales no solo afecta a las Baleares, ni son únicamente los turistas internacionales quienes incrementan la carga para los profesionales de la salud.
Según Satse, el principal sindicato de enfermería de España, hasta un 50% de las enfermeras en algunas comunidades autónomas no son sustituidas durante la temporada estival, en un momento en el que, al igual que otros trabajadores españoles, muchas se van de vacaciones.
Por ejemplo, hasta 80 centros de salud en Cantabria carecerán de médico en algún momento este verano.
No solo hay menos profesionales sanitarios, sino también menos camas hospitalarias. De acuerdo con el sindicato, aproximadamente 10.200 camas no estarán operativas este verano en España.
Esta situación se vuelve especialmente compleja en ciudades y pueblos donde la población crece exponencialmente durante estos meses debido a la llegada de turistas.
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