Una señal de si alguien tiene la valentía para ser una buena estrella de pop es como reacciona cuando escucha a alguien hablando mal de ella. Hace unas semanas, la fenómeno islandesa-china de jazz-pop Laufey estaba en una cafetería cerca de su casa en Los Ángeles cuando oyó que mencionaban su nombre (se pronuncia “Ley-vey”, por si acaso). “Antes me encantaba,” le dijo una joven a sus amigas. “La conocí y es super simpática, pero ahora su música es insoportable.”
En ese instante, Laufey se dió cuenta de que podía hacer lo que haría una persona normal (escabullirse sin que la vean y quejarse en el chat del grupo) o lo que haría una Estrella de Pop. Se dió la vuelta para enfrentar al grupo. “Lo siento mucho,” dijo Laufey, con su voz cargada de un sarcasmo meloso. “Hago lo que puedo.”
Solo de pensar que te enfrente una celebridad de la que estás cotilleando es suficiente para llevarte a una tumba temprana, y me río nervioso mientras Laufey me cuenta la historia una mañana en Nueva York. Ella también se ríe, quizás un poco impactada por su propia audacia. “Ni siquiera estaba intentando contraatacar,” dice. “No sabían que decir, estaban completamente pasmadas.”
Esto va en contra de mucho de lo que pensaba saber sobre Laufey. La artista de 26 años ha atraído una base de fans obsesiva con sus encantadoras canciones de amor que unen su formación jazzística y clásica con ganchos pop pegadizos. Su música es un vértigo alegre que te sumerge en un mundo retro-moderno de romances adolescentes suaves, con cielos de aurora, besos al atardecer y crushs que te dejan en “leído”. Rebosa con los grandes sentimientos de la juventud femenina moderna, envolviéndolos en tul y elevándolos en medio de una cascada de orquestación.
Sobre la alegre bossa nova de su éxito masivo impulsado por TikTok, “From the Start”, parece una heroína de Austen que habla el idioma de internet, atormentada por el “dolor ardiente” de escuchar a un crush “hablar y hablar” interminablemente sobre su nueva pareja. Sus fans, a menudo mujeres jóvenes, son atraídas a la tierra de Laufey por su energía de hermana mayor: una edición de su álbum del 2023, “Bewitched”, venía con un juego de mesa temático. A primera vista, con su sonido retro influenciado por el jazz, quizás no verías a Laufey como la superestrella más obvia, una que ha acumulado casi 5 billones de streams en Spotify y una serie de conciertos agotados por todo el mundo. Pero también podrías ver su música como una versión más ligera y literal de la introspección con matices vintage que ha convertido a Lana Del Rey y Billie Eilish en artistas que llenan estadios a nivel global.
Tuve un éxito más impactante del que jamás pensé que tendría. Se me hizo un poco difícil mentalmente mantener el ritmo.
Ahora Laufey quiere romper un poco su reputación como la savanta de jazz favorita de la Gen-Z. Su nuevo álbum, “A Matter of Time”, encuentra un punto medio entre sinfonías de cuento de hadas con notas imperfectas y vocales que se quiebran con la emoción. Una canción tiene cuerdas impactantes que ella compara con un grito. “Quería hacer una declaración más fuerte con este álbum,” dice. “Me he hecho conocida como una cantante suave. Lo soy, pero también quiero enseñar partes de mí que no son tan bonitas.”
Llegó al lobby del hotel esta mañana puntual y muy arreglada, con un conejo que lleva cardigan colgando de su bolso. (La criatura, llamada Mei Mei, es la mascota y alias de Laufey – ella lanza versiones alternativas de sus canciones bajo ese nombre, y también está disponible para comprar, con una parte de las ganancias destinada a la educación musical como parte de la Fundación Laufey). “¿Quieres entrar allí?” pregunta, llevándome a una sala lateral y sacando las mejores galletas: “Es la sala solo para invitados.” El lugar está decorado como una cabaña de caza, con espejos oxidados con arte, una cabeza de antílope montada en la pared y, más extrañamente, ya que es verano, una chimenea con leña encendida. Cuando comento lo raro, Laufey dice, irónicamente: “Bueno, ahora ha alcanzado los 24 grados, muy fresco.”
Después de ganarle a Bruce Springsteen para llevarse el premio Grammy 2024 al mejor álbum vocal de pop tradicional, la carrera de Laufey se ha acelerado enormemente. Ahora es una figura habitual en la semana de la moda, intercambiando besos al aire con Naomi Campbell en la primera fila del show de Chanel en julio, y tiene amigas celebridades como Olivia Rodrigo, Chappell Roan, PinkPantheress y la sensación indie Clairo, a quien retó recientemente a un concurso de comer alitas picantes en un episodio de Hot Ones. Ha conquistado a leyendas de la industria: a principios de este año, hizo un dúo con Barbra Streisand en una versión sentida de su canción “Letter to My 13 Year Old Self”. “Es hermoso ver a una artista joven inspirada por grandes del jazz como Ella Fitzgerald y Billie Holiday hacer una conexión tan profunda con sus fans,” dijo Streisand. Este otoño, Laufey comenzará su primera gira por arenas, con dos noches en el Madison Square Garden.
Ella dice que estaba motivada por un “hambre” de impregnar las nuevas experiencias de estos años tan locos en su nuevo álbum. Irradia una sensación de aventura, transitando entre country con twang de fogata, baladas que te marean y pop con toque de sherbert. El disco es producido por Laufey y su colaborador de siempre, Spencer Stewart: entre los dos pueden tocar casi cualquier instrumento que se te ocurra, y algunos que quizás no. Yo no conocía la celesta, un tipo de idiófono poco común que Stewart y Laufey tocan en el disco (suena como la cajita de música de joyería de una niña). En la confección digna de Busby Berkeley que es “Lover Girl”, ella juega conscientemente con su imagen de chica flechada por Cupido, mientras que en “Carousel”, Laufey reflexiona sobre invitar a una pareja a su vida de circo mientras suena un acordeón que provoca mareo. La emotiva "Forget-Me-Not", grabada con la Orquesta Sinfónica de Islandia (para la cual fue solista de violonchelo siendo adolescente), es su trabajo de composición más logrado hasta la fecha; su voz se eleva entre ráfagas de flautas.
Fase clave … Laufey. Fotografía: Erlendur Sveinsson
“Quería que el álbum reflejara todas las facetas de mi escala emocional”, dice, acurrucándose en un aire acondicionado que aparentemente estaba puesto en “Himalaya”. “En un mismo día, puedo tener una hora de felicidad y una hora de llanto. No me interesa hacer un álbum que tenga una sola vibra de principio a fin”. Pero sí hay, dice, un hilo emocional sobre aprender a aceptarse a uno mismo mientras se enamora de otra persona. Sin embargo, hoy no quiere hablar sobre su situación sentimental, y le pregunto si el escrutinio de internet dificulta escribir con sinceridad sobre sus experiencias amorosas. “Siempre hay una línea de ambigüedad”, dice Laufey, antes de sonreír con picardía. “Pero si entras en una situación conmigo, más o menos sabes que puedo escribir sobre ello”.
Hay una juguetona soltura en Laufey que sugiere que se ha acomodado a su éxito. Dice que no siempre fue fácil. Después de ganar el Grammy, luchó por equilibrar la nueva atención con una agotadora gira de conciertos. “Estaba un poco asustada”, dice. “Tuve un éxito más abrumador del que jamás pensé tener. Con el torbellino de todo, se me hizo un poco difícil mentalmente”. No eran solo los conciertos; era que ser una estrella del pop significa ser una piñata para las opiniones en línea. “Era la batalla de ver una mala foto tuya en internet, o escuchar malos comentarios sobre ti”, dice. “Fue duro”.
Canta cuando ganas … Laufey con su Grammy en 2024. Fotografía: Frederic J Brown/AFP/Getty Images
Laufey Lín Bing Jónsdóttir siempre supo lo que significaba trabajar. Nació en Reikiavik de una madre que es violinista profesional de la Orquesta Sinfónica de Islandia, y con abuelos maternos que son profesores de música. A los cuatro años, Laufey comenzó lecciones de piano, y luego agregó chelo a los ocho, compaginando los estudios con un horario vertiginoso de ensayos y actuaciones. Acredita a ese régimen implacable por darle la fuerza –vocal, mental y muscular– para tocar durante períodos prolongados. Cuando nos encontramos, está en medio de una gira de seis fechas de verano con shows orquestales por el este de Estados Unidos.
Después de un primer roce con el protagonismo como finalista en Ísland (Islandia) Got Talent en 2014, Laufey ganó una beca para la prestigiosa Berklee School of Music en Boston, y comenzó a publicar interpretaciones de estándares de jazz desde su habitación de residencia. En 2021, lanzó su EP debut, Typical of Me, que bebía de la música del Tin Pan Alley del siglo XX y encontró fans en Billie Eilish y Willow Smith.
Literalmente tengo una carrera porque una audiencia en las redes sociales me mostró que había un espacio para el tipo de música que hago
A Matter of Time marca la expansión de su mundo creativo. Dos ágiles nuevas canciones fueron creadas con el colaborador de Taylor Swift y miembro fundador de The National, Aaron Dessner, en sus Long Pond Studios, en una experiencia que Laufey dice que “abrió un tercer ojo musical”. Y está más despreocupada que nunca en Mr Eclectic, una canción con influencias de bossa nova con Clairo que se burla de los hombres que le explican de manera condescendiente la música clásica. “Simplemente creo que es gracioso ser el tipo de hombre que performativamente lee un libro de bolsillo maltrecho fuera de una cafetería”, dice, arrugando la nariz. “He salido con chicos así, pero este es un tipo de hombre eterno. ¿Por qué crees que todos los filósofos son hombres? Simplemente tuvieron la plataforma y la audacia”.
El lado picante de Laufey hace que me guste mucho más, no solo porque se siente refrescante después de años de entrevistar a artistas entrenados por los medios que no te dirán su color favorito por si conflictúa con su acuerdo con la marca Dulux. Esa franqueza también se puede ver en Snow White, un vals de A Matter of Time que aborda lo que ella llama su lucha de toda la vida con la imagen corporal y la identidad. En el vídeo, ambientado en la impresionante tundra islandesa, canta, “No creo que sea bonita, no es debatible”, frente a un espejo mientras estira el rabillo del ojo izquierdo para enfatizar su forma.
Hoy, siente que su inseguridad sobre su apariencia está tan bajo control como la de cualquier otra persona. (“Todos tenemos nuestros momentos”, dice). Disfruta de la moda, y asistió al Met Gala el año pasado llevando un velo personalizado con la partitura de una pieza clásica favorita de Bach. No recuerda en el momento qué fuga para violín era y abre la aplicación de Spotify en su teléfono. “Era esta”, dice, mientras una delicada composición suena con un sonido metálico. “Pero está en guitarra por alguna razón”. Eso no vale. “¡Vamos, violín!”, exclama, desplazándose.
Laufey espera que alguien haga lo mismo con su música dentro de unos siglos. “Pienso a menudo en cómo los artistas del pasado no se guiaban por fuentes externas”, dice. “Ella Fitzgerald no sacaba un clip de 20 segundos de su nueva canción para que la gente la destrozara. Me esfuerzo mucho por no permitir que [las redes sociales] den forma a mi arte”.
Viste para impresionar … Laufey en el Met Gala en 2024. Fotografía: Gotham/Getty Images
Me pregunto si eso es un desafío, dado que las redes sociales han ayudado a impulsar su ascenso de cuento de hadas desde el principio. “Honestamente” –su voz baja a un susurro– “me encanta. Literalmente tengo una carrera porque una audiencia en las redes sociales me mostró que había un espacio para el tipo de música que hago. Sé que si hubiera ido a una discográfica hace seis años y hubiera dicho: ‘Voy a hacer música que es una mezcla de jazz y clásica y sobre mis propias experiencias, y un día tocaré en arenas’, me habrían dicho: ‘Tonterías’. No habrían puesto ni un dólar sobre mi nombre”.
“No sé qué milagro pasó para que pueda tener esta carrera”, dice. Está decidida a aprovechar cada instante al máximo. Ella termina su café helado y se va a una prueba de vestuario para su próxima gira. Después de eso, irá a los estudios Electric Lady para trabajar en más música, aunque su nuevo álbum ni siquiera ha salido aún. Sube a un auto con vidrios polarizados y no para de hablar en islandés con su asistente. No entiendo lo que dice, pero parece que Laufey está planeando su próximo movimiento.
A Matter of Time ya está disponible.
