A pesar de todos los titulares y rumores de que la marca Alexander McQueen está en venta, sigue estando donde siempre, bajo el logo minimalista y la tipografía delgada de Kering. Las pasarelas pueden deslumbrar de vez en cuando, pero entre bastidores es Kering quien toma todas las decisiones. Lo que realmente está sucediendo es una reevaluación completa de la dirección creativa y comercial de la marca. La presión es grande, pero es la historia de la casa lo que le da peso.
El Efecto Kering
Si crees que la reestructuración de McQueen es solo chismes de la industria, piénsalo mejor. El grupo francés de lujo entró con tijeras: aproximadamente un cuarto del personal de la sede en Londres fue despedido, básicamente presionando el botón de reinicio que la compañía no podía seguir evitando. Las tiendas siguieron cerrando, ya no se mantienen boutiques abiertas solo por la imagen, y desde luego ya no existe McQ. La sub-marca está oficialmente en pausa, fuera de juego mientras Kering decide si debería relanzarse como una línea dirigida a la Generación Z y adaptada al mundo digital o desaparecer para siempre. Podría llamarse una desintoxicación corporativa. Una que debió hacerse hace años. La casa matriz está reorganizando todo para que la marca McQueen actual pueda finalmente dejar de ser casi invisible y, con suerte, empezar a funcionar de nuevo.
El Futuro de McQueen
Las ventas de McQueen no han estado precisamente coqueteando con la marca últimamente, y los compradores de hoy son demasiado inteligentes como para gastar solo por el legado. Así que la casa está volviendo a lo que la define, analizando qué se siente aún icónico, qué merece estar en el archivo y qué está destinado a quedarse para siempre en capturas de pantalla. Con una nueva visión en desarrollo, la gran pregunta es: ¿cómo es el McQueen que deja de depender de su pasado y empieza a diseñar para un futuro que sí hará que la gente gaste su dinero?
El reinicio no se trata de revivir sus días de gloria, es simplemente una lucha por permanecer en el ring del lujo. Seamos sinceros, ningún director creativo del mundo va a traer de vuelta lo que Alexander Lee McQueen construyó en su época. La industria sigue intentando forzar a que las colecciones de la marca tengan el mismo factor sorpresa y impacto emocional, pero esos días se han acabado, y llevan mucho tiempo así. Quizás este reinicio es exactamente lo que necesitaba pasar. Una aceptación tardía de que el McQueen que lloramos no va a volver, y que la versión futura no tiene que fingir que lo hará.
