China está trabajando en un prototipo capaz de gestar bebés humanos. Crédito de la foto: Freepik
Científicos chinos se hallan desarrollando tecnología avanzada que podría, eventualmente, replicar las condiciones de un embarazo humano fuera del cuerpo. Los investigadores han revelado avances en la creación de un sistema controlado por inteligencia artificial, diseñado para monitorizar y desarrollar embriones en un entorno externo, lo que suscita tanto posibilidades científicas como debates éticos.
El proyecto se centra en un dispositivo a menudo descrito como un “útero robótico”. Este sistema está siendo desarrollado por equipos en China para automatizar y mejorar el proceso de cuidado de embriones cultivados en condiciones de laboratorio. El sistema está equipado con sensores y tecnología de IA capaz de monitorizar los embriones con extrema precisión, ajustando factores como el suministro de nutrientes, los niveles de dióxido de carbono y la eliminación de desechos. Los investigadores han explicado que el objetivo es garantizar condiciones de crecimiento óptimas sin supervisión humana constante. Hasta ahora, el trabajo no se ha aplicado a embriones humanos. En su lugar, la tecnología se está probando con embriones animales para comprender mejor el proceso de desarrollo. El uso de embriones humanos para tales experimentos sigue estrictamente regulado en China, al igual que en muchos otros países. Las directrices internacionales vigentes, como la “regla de los 14 días”, restringen la investigación con embriones más allá de un período establecido, y China mantiene límites legales en torno al alcance de la ciencia reproductiva.
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El dispositivo consta de una serie de cámaras llenas de fluido donde se colocan los embriones. Cada cámara es monitorizada de cerca por cámaras vinculadas a un software de inteligencia artificial, que puede identificar la salud de los embriones, detectar anomalías y clasificar su potencial de desarrollo. Esto permite a los científicos recopilar información detallada sobre los patrones de crecimiento temprano y ajustar las condiciones de cuidado automáticamente.
Uno de los objetivos de la investigación es profundizar en la compresión del desarrollo embrionario. Al estudiar embriones en un sistema externo controlado, los científicos pueden investigar las etapas más tempranas de la vida con una precisión sin precedentes. También podría reducir la necesidad de ciertos animales de laboratorio y refinar las técnicas de medicina reproductiva en el futuro. Sin embargo, el concepto de utilizar dicha tecnología para gestar seres humanos fuera del cuerpo ha generado importantes cuestiones éticas. Los bioeticistas señalan que, si bien la tecnología de útero artificial podría ofrecer avances médicos, como apoyar a bebés prematuros o reducir riesgos durante embarazos de alto riesgo, la idea de desarrollar humanos completos en máquinas plantea profundas preocupaciones morales, legales y sociales.
Por ahora, la investigación china permanece en fase experimental y no ha traspasado el estudio de embriones animales. No hay indicios de que los científicos estén intentando cultivar o llevar a término embriones humanos utilizando el sistema. En cambio, el enfoque se centra en refinar la tecnología de monitorización, comprender el desarrollo embrionario en mayor profundidad y evaluar si los sistemas automatizados pueden superar las técnicas manuales de laboratorio. La investigación se basa en el interés global más amplio por los úteros artificiales y la ectogénesis, el término científico para la gestación de vida fuera del cuerpo. En los últimos años, equipos de otros países también han reportado progresos en la creación de sistemas que podrían sostener fetos a mitad del embarazo, especialmente aquellos nacidos de forma extremadamente prematura. Estos dispositivos utilizan biobolsas llenas de fluido para emular el entorno uterino, proporcionando oxígeno y nutrientes mientras eliminan los desechos.
Los investigadores chinos esperan que su sistema robótico pueda proporcionar datos aún más precisos y mayores tasas de supervivencia en estudios con embriones animales. Han sugerido que, a largo plazo, la tecnología podría contribuir a mejoras en los tratamientos de fertilidad, incluida la fecundación in vitro, al ayudar a seleccionar los embriones más saludables para la implantación.
La presentación del proyecto ha suscitado un amplio debate tanto en China como en el extranjero, con algunos comentaristas enfatizando su potencial científico y otros advirtiendo sobre los dilemas éticos que presenta. El equilibrio entre la innovación científica y la regulación responsable probablemente seguirá siendo central en el debate a medida que la tecnología avance. En la actualidad, el útero robótico sigue siendo una herramienta para la investigación de laboratorio, no para la reproducción humana. Su desarrollo demuestra el ritmo del progreso en la ciencia reproductiva, destacando tanto las oportunidades para avances médicos como la necesidad de una supervisión rigurosa.
