La propiedad de una vivienda se está volviendo cada vez más inalcanzable para la mayoría de las familias estadounidenses, segun un nuevo análisis, ya que la brecha entre los ingresos de las personas y los precios de las casas se amplía.
Más del 75% de las viviendas en todo el país son inasequibles para el hogar típico, dijo Bankrate en un informe. La firma de finanzas personales define una casa como asequible si los costos anuales de vivienda no exceden el 30% de los ingresos del hogar.
“Solo una pequeña parte del mercado de la vivienda es asequible para el hogar promedio,” explicó a CBS News Alex Gailey, analista de datos de Bankrate. “Ahí es cuando la propiedad de una casa empieza a sentirse menos como un hito común de la clase media y más como un lujo.”
Los expertos enfatizan que la capacidad de comprar una casa, vista durante mucho tiempo como un pilar del Sueño Americano, es crucial para generar riqueza. Pero los altos precios, impulsados en parte por una escasez nacional de viviendas asequibles, han dificultado esto para muchos.
“Ha dejado al hogar estadounidense promedio con muchas menos casas de las que puede pagar, y no hemos estado construyendo al ritmo que deberíamos,” dijo Gailey.
Cifras de la Asociación Nacional de Agentes Inmobiliarios muestran que solo el 24% de las ventas del año pasado fueron de compradores primerizos — una bajada desde el 50% en 2010. Según un análisis de julio de Zillow, el mercado necesita 4.7 millones de unidades para satisfacer la demanda.
En 2024, el ingreso familiar medio en EE.UU., ajustado por inflación, fue de casi $84,000, segun datos del Censo. Eso está muy por debajo de los $113,000 anuales necesarios para comprar una vivienda típica, que cuesta alrededor de $435,000.
En las ciudades más caras, como Nueva York, San Francisco y Seattle, los hogares deben ganar al menos $200,000 al año para permitirse una casa de precio medio.
Hacia 2025, alrededor del 65% de los hogares estadounidenses eran propietarios, una caída desde un máximo de más del 69% en 2004, de acuerdo con datos de la Reserva Federal.
En contraste, en algunas partes del Sur y el Oeste, donde la construcción se ha acelerado, hay destellos de esperanza, dijo Gailey, señalando mejores incentivos fiscales y permisos más flexibles.
“Esas regiones tienen perspectivas más brillantes que el Noreste y el Medio Oeste, donde la construcción ha ido a la zaga y el inventario sigue muy por debajo de lo normal,” añadió.
Los aspirantes a compradores podrían ver cierto alivio en 2026. Se espera que las tasas hipotecarias bajen a un promedio del 6.3% el próximo año, según Realtor.com.
