El gobierno español ha anunciado que más de 8.000 apartamentos turísticos en la provincia de Málaga serán retirados de plataformas digitales como Airbnb y Booking.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, reveló esta medida durante un mitin en Málaga el domingo, describiendo la vivienda como el principal problema de la provincia.
Aseguró que los inmuebles ya no cumplen con los requisitos legales y serán dados de baja del registro nacional a partir del lunes.
En total, más de 53.000 propiedades en toda España se verán afectadas, con casi la mitad de las bajas concentradas en Andalucía. Solo Málaga aporta 8.014, la cifra más alta de todas las provincias.
El Gobierno argumenta que estos pisos deberían reintegrarse al mercado de alquiler a largo plazo, aunque no existe garantía de que los propietarios los ofrezcan de esa forma.
La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, celebró la decisión, afirmando que las casas son para residentes, no para convertir barrios en “parques temáticos”.
Las zonas más afectadas dentro de la provincia de Málaga incluyen Marbella, con 1.802 apartamentos retirados; seguida de la capital con 1.471; Benalmádena con 926; y Fuengirola con 686. En la ciudad de Sevilla, fuera de la provincia, se retirarán 2.289 anuncios.
Esta medida sigue a una ley entró en vigor el 1 de julio que exige que todos los alojamientos turísticos dispongan de un número de registro. Las propiedades que solicitaron pero no cumplieron los requisitos han perdido ahora su autorización.
Desde enero, se han presentado más de 336.000 solicitudes a nivel nacional, de las cuales alrededor del 20% han sido rechazadas.
Sánchez afirmó que la decisión refleja una nueva política de vivienda destinada a abordar la crisis del alquiler en España: «Hemos detectado miles de irregularidades en alojamientos turísticos y convertiremos 53.000 propiedades en viviendas permanentes», declaró a sus simpatizantes.
La medida ha generado fuertes críticas por parte del gobierno autonómico andaluz. El consejero de Turismo, Arturo Bernal, acusó a Madrid de “demonizar” al sector turístico, que, según dijo, sostiene más de medio millón de empleos.
Cuestionó la legalidad de la normativa y advirtió que crea incertidumbre entre los propietarios.
Este enfrentamiento subraya la tensión entre el pujante mercado de alquiler turístico en España y la lucha por una vivienda asequible.
Para Málaga, una de las regiones más afectadas por el alza de los alquileres, el Gobierno insiste en que este es un paso hacia el reequilibrio de la oferta.
