Las pensiones contributivas se revalorizarán un 2,7 por ciento, en línea con la inflación. Crédito: Vicenç Salvador Torres / Creative Commons
El Consejo de Ministros aprobó este martes 23 de diciembre la revalorización de las pensiones para 2026, una medida recogida en el último Real Decreto-Ley del año destinado a blindar el llamado «escudo social». Dicha decisión impactará directamente en 214.404 pensiones de las Illes Balears, según cifras actualizadas a 1 de noviembre.
En términos generales, las pensiones contributivas subirán un 2,7%, acorde con la inflación (IPC). En el archipiélago balear, esta actualización beneficiará a 142.640 pensionistas, quienes verán incrementada su prestación a partir del próximo ejercicio fiscal.
La ministra destaca el compromiso con los pensionistas
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, y portavoz del Gobierno, Elma Saiz, subrayó tras el Consejo que esta medida refleja un firme compromiso con los jubilados. «El Gobierno cumple una promesa inquebrantable: dar certidumbre a más de 9,4 millones de pensionistas de que si suben los precios, también lo harán sus pensiones», afirmó.
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Las pensiones de viudedad experimentarán un incremento superior a la media. En Baleares, 45.764 de estas prestaciones se elevarán más de un 7%, una mejora particularmente significativa para los hogares que dependen de un único ingreso.
Apoyo a los más vulnerables
Los mayores aumentos corresponderán al Ingreso Mínimo Vital (IMV) y a las pensiones no contributivas, que se revalorizarán un 11% en 2026. En las islas, 26.000 perceptores se beneficiarán de este refuerzo, lo que consolida el papel de estas prestaciones en la protección de los hogares frente a la vulnerabilidad económica y social.
El Gobierno destacó que el conjunto de estas medidas busca preservar el poder adquisitivo de los pensionistas y de los colectivos con menos recursos, especialmente en comunidades como Baleares, donde el coste de la vida supera la media nacional.
Baleares como Zona Azul
Los expertos señalan que las Illes Balears son cada vez más consideradas una «Zona Azul», término que designa aquellas regiones donde la población tiende a vivir más años y con mejor salud. Factores como la dieta mediterránea, un estilo de vida activo y fuertes vínculos sociales contribuyen a una mayor esperanza de vida, erigiendo la zona en un modelo de envejecimiento saludable.
No obstante, la longevidad también plantea retos, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad del sistema de pensiones y sanitario. Muchos residentes afrontan las realidades de una población envejecida, lo cual ha generado un debate sobre cómo apoyar mejor a las personas mayores sin comprometer la estabilidad económica.
La crisis de vivienda añade presión
Paralelamente, la crisis local de vivienda sigue afectando tanto a jóvenes como a mayores. Los precios desbordados de la propiedad y los alquileres dificultan que las familias encuentren una vivienda asequible, lo que presiona aún más a los hogares que dependen de pensiones o subsidios sociales.
La subida de las pensiones también ha reavivado el debate sobre si el sistema español requiere una reforma más profunda. Economistas y responsables políticos discuten cómo equilibrar un apoyo adecuado a los jubilados con la sostenibilidad a largo plazo, con propuestas que van desde elevar la edad de jubilación hasta ajustar los modelos de cotización.
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