Uno de los narcotraficantes de cocaína más buscados de Europa ha sido detenido en Marruecos, rompiendo con la tendencia del país como refugio seguro para mafiosos.
Younes El Ballouti, conocido como ‘El Mágico’, fue capturado por la policía en un bar de shisha de Tánger el 29 de septiembre y trasladado a la prisión de Ain Sebaa en Casablanca.
Durante años, había sido un rostro fugitivo de la Mocro Maffia, el sindicato neerlando-marroquí al que se responsabiliza de inundar Europa de cocaína y de dejar un reguero de tiroteos desde Ámsterdam hasta Amberes y la Costa del Sol.
El momento es significativo. Su detención se produce cuando Dubái —otrora el refugio definitivo para los capos del crimen europeo— ha comenzado finalmente a tomar medidas contundentes contra sus inquilinos mafiosos.
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El pasado mes, las figuras del hampa escocesa Ross McGill, Steven Lyons, Stephen Jamieson y Steven Larwood fueron arrestados en redadas coordinadas en Dubái.
A principios de este año, los Emiratos Árabes Unidos también extraditó a Dublín al mafioso irlandés Sean McGovern, un lugarteniente de alto rango del clan Kinahan.
Los propios Kinahan permanecen en libertad en el emirato, pero los fiscales afirman que las nuevas leyes contra el blanqueo de capitales están presionando sus operaciones.
Mientras tanto, el traficante Faysal EB, de 36 años, se enfrenta a una extradición a Bélgica por una condena del 2020 por importar 1,3 toneladas de cocaína.
Fue detenido por primera vez en 2019 en un almacén de Niel, cerca de Amberes, mientras supervisaba la descarga del cargamento.
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Con el cambio de postura de Dubái, Marruecos se ha convertido cada vez más en el refugio alternativo para figuras mafiosas de un cierto origen.
Tánger y Casablanca acogen ahora a decenas de fugitivos de origen marroquí reclamados en Europa, protegidos por la constitución del país, que prohíbe la extradición de sus nacionales.
El informe anual de la Fiscalía General del Estado español para 2024 advierte de que Marruecos se ha convertido en un “punto clave de reagrupamiento” para la Mocro Maffia y otras redes, después de que Dubái perdiera su estatus de santuario, lo que deja a investigadores de toda Europa frustrados por su incapacidad para lograr extradiciones a través del Estrecho.
Los investigadores afirman que este vacío legal ha convertido a Marruecos en uno de los últimos santuarios para traficantes.
El informe también alega que las disputas internas neerlandesas y belgas dentro de la Mocro Maffia se están trasladando ahora a suelo español, con testigos protegidos asesinados como advertencia para otros.
Otro capo, Karim Bouyakhrichan, desapareció tras su arresto y posterior puesta en libertad bajo fianza en Marbella en enero de 2024.
Se cree que ahora se esconde en Marruecos, al igual que aquellos responsables de matar a dos guardias civiles en Barbate en febrero de 2024, quienes también huyeron allí.
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El piloto que embistió la lancha policial, Karim El Baqqali, fue arrestado posteriormente con la cooperación marroquí.
Sin embargo, no fue extraditado a España; se entregó “voluntariamente” a las autoridades españolas.
Así pues, con esta compleja historia, la arresto de El Ballouti resultó ser una sorpresa.
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Había sido objeto de notificaciones rojas de Interpol y era buscado tanto en Bélgica como en los Países Bajos por tráfico internacional de drogas, pero las autoridades marroquíes no habían movido un dedo anteriormente.
Queda por ver si su detención marca un nuevo amanecer en la cooperación policial internacional.
El medio marroquí Le Desk informa de que solo fue arrestado por un delito de falsificación de pasaporte cometido dentro de Marruecos –no por su imperio de la cocaína en Europa.
Dado que los nacionales marroquíes no pueden ser extraditados, El Ballouti solo enfrenta cargos a nivel doméstico, no por los crímenes internacionales por los que es perseguido.
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Mientras tanto, su clan se ha convertido en uno de los imperios criminales internacionales más poderosos, canalizando cocaína a través de Amberes y Róterdam, y utilizando el sur de España para el blanqueo y la logística, según el informe anual de la Fiscalía española.
Describe cómo las redes de origen marroquí continúan impulsando el contrabando de drogas hacia Cádiz, Málaga y Almería, con los fiscales locales españoles manejando un aumento de casos vinculados a la Mocro Maffia.
La corrupción, la violencia paramilitar y la existencia de santuarios seguros al otro lado del Estrecho han creado un ecosistema criminal que se filtra directamente en la vida cotidiana de la costa sur, advierte el informe.
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