CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Dos polillas del tamaño de una mano, con alas marcadas en marrón y rosa alrededor de cuatro secciones transparentes, se aparean durante horas colgadas de un hilo junto a los capullos de los que salieron hace apenas unas horas.
"Cuando llego aquí y encuentro esto, salto de alegría", dijo María Eugenia Díaz Batres, quien lleva casi seis décadas cuidando insectos en el Museo de Historia Natural y Cultura Ambiental de la Ciudad de México.
La pareja de polillas conocidas popularmente como "cuatro espejos" en México, o científicamente como Rothschildia orizaba, son prueba de que los esfuerzos del museo por salvar unos 2.600 capullos rescatados de un terreno baldío valieron la pena.
Estas polillas, cuya población ha disminuido en la capital debido a la urbanización, tienen relevancia cultural en México.
"Los aztecas las llamaban ‘mariposa de los cuchillos de obsidiana’, Itzpapalotl", explicó Díaz Batres. "Y en el norte de México llenaban muchos de estos capullos con piedritas y los usaban en los tobillos para bailar".
Los capullos llegaron al museo a finales de diciembre.
"Nos los dieron en una bolsa y una caja, todos apretados con ramas y hojas, así que mi primera misión fue sacarlos y limpiarlos", contó Díaz Batres.
Mercedes Jiménez, directora del museo en el parque Chapultepec, dijo que ahí comenzó la verdadera aventura, ya que nunca habían recibido algo así.
Díaz Batres colgó los capullos en cualquier lugar donde creyó que estarían bien, incluso en su oficina, donde cuelgan de hilos cruzados sobre su mesa. Esto le permitió observar cada etapa de su desarrollo de cerca.
Las polillas solo viven una semana o dos como adultas, pero le dan a Díaz Batres una gran satisfacción, especialmente cuando llega a su oficina y nuevas polillas "están en la puerta, en la computadora".
Así que ella intenta ayudarlas a "cumplir su misión" y poco a poco su especie se recupera.