Marbella adopta un paso significativo hacia un aire más puro.
El ayuntamiento ha instalado cuatro monitores ambientales de última generación en el casco histórico para rastrear los niveles de contaminación, como parte de su proyecto de Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Esta medida precede a una implementación completa, que eventualmente regulará el tráfico para crear un centro urbano menos contaminado y más respirable.
Actualmente, la ZBE es meramente informativa, lo que significa que no se impondrán multas a los conductores; se trata únicamente de recopilar datos. Una vez que los sensores estén en pleno funcionamiento, los oficiales obtendrán lecturas en tiempo real de contaminantes como material particulado, monóxido de carbono, ozono, dióxido de nitrógeno y dióxido de azufre.
El concejal Félix Romero afirmó que los monitores “no son solo un paso técnico, sino un gesto de compromiso con la ciudadanía, que se beneficiará de un entorno urbano más limpio y habitable”.
Los dispositivos han sido instalados en intersecciones clave, incluyendo Salvador Rueda con Avenida del Mercado, Salvador Rueda con Juan Alameda, Avenida Ramón y Cajal con Félix Rodríguez de la Fuente, y el inicio de la Calle Peral.
DURANTE LOS PRÓXIMOS TRES MESES, recopilarán datos de forma continua, identificarán picos de contaminación y ayudarán a elaborar un informe final con recomendaciones para gestionar la calidad del aire en Marbella.
La ZBE estará eventualmente respaldada por una ordenanza municipal formal, que se espera entre en vigor a finales de 2025 o mediados de 2026, tras los estudios técnicos y la preparación legal.
Mientras tanto, el consistorio también ha renovado la señalización en el casco antiguo, con nuevas placas en calles como Benalmádena, Juan de la Rosa, Huerta Chica, San Francisco, Postigo, Atarazanas, y alrededor de la ZBE de San Pedro.
El objetivo es clarificar a los conductores qué áreas forman parte de la zona de bajas emisiones y mantener el impulso por una Marbella más verde encaminado.
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