El polémico luchador Conor McGregor ha anunciado que se postula para la Presidencia de Irlanda—y cuenta con el respaldo del hombre más rico del mundo, Elon Musk.
El ex campeón de la UFC, que pasa gran parte de su tiempo en su yate en Puerto Banús de Marbella o tomando el sol en el Hard Rock Hotel, declaró su candidatura en un encendido vídeo grabado frente a la oficina del Taoiseach en Dublín el 4 de septiembre.
“Como maestro del combate marcial y hombre orientado a soluciones, me oirán hablar solo una vez sobre el problema y luego actuaré para solucionarlo”, anunció en un vídeo que pintaba a Irlanda como un estado cuasi fallido.
“La falta de vivienda para los niños irlandeses ha alcanzado niveles sin precedentes”, afirmó McGregor en el clip, que rápidamente se volvió viral.
“Este fracaso incompetente de las futuras generaciones ha ido acompañado de un intenso flujo de migración masiva en un sistema ya colapsado.
Nuestro turismo ha declineado bruscamente, mientras que el peligro en nuestras calles ha aumentado.
Como su Jefe de Estado, me empoderarán para entrar en este edificio en su nombre… Irlanda, bajo mi mandato, la voz del pueblo será escuchada”.
El luchador de 36 años aderezó su discurso con referencias históricas, invocando la Proclamación de 1916 y las palabras de Padraig Pearse sobre la soberanía.
“Irlanda convoca a sus hijos a su bandera y lucha por su libertad”, declaró, finalizando con “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, amén”.
Rápidamente recibió el respaldo de Musk.
“¡Nadie luchará más duro por el pueblo de Irlanda que Conor McGregor!”, escribió el dueño de X a sus 223 millones de seguidores.
La candidatura del irlandés ya ha dividido las opiniones.
A pesar del respaldo de Musk, las encuestas sugieren que McGregor enfrenta una batalla cuesta arriba: para aparecer en la papeleta, debe obtener el apoyo de 20 diputados irlandeses o de cuatro autoridades locales—un respaldo que aún no tiene.
Su impopularidad no es sorprendente, dado su reciente caso civil por violación, en el que un jurado en Irlanda lo consideró responsable de agredir sexualmente a Nikita Hand en 2018.
Se le ordenó pagar casi 250.000 euros en daños y perjuicios. El luchador de MMA subsequentemente perdió su apelación contra la decisión el mes pasado, lo que llevó a la pérdida de varios patrocinios y colaboraciones.
Mientras tanto, su licencia de conducir fue revocada en agosto de 2024 por múltiples cargos—incluyendo conducción temeraria.
McGregor ha construido su campaña política en torno a una postura antiinmigración de línea dura, advirtiendo repetidamente que Irlanda está ‘a punto de perder su identidad irlandesa’.
Mezcla esto con una retórica populista y nacionalista, prometiendo someter todas las leyes a referéndums públicos e invocando la Proclamación de 1916.
Incluso fue fotografiado con Donald Trump en la Casa Blanca en marzo, haciendo eco de la postura dura del presidente estadounidense sobre la inmigración—un movimiento condenado por los líderes irlandeses.
Su alineación con Trump y el reciente respaldo de Elon Musk han solidificado su lugar entre una falange global de figuras populistas de derecha que amenazan la política tradicional.
Pero a pesar de su postura global, los lazos del luchador con España son profundos.
A principios de este verano fue visto de fiesta con la modelo glamour Katie Price en el club O Beach de Wayne Lineker en Ibiza, antes de una pelea nocturna en la discoteca Pacha, donde noqueó a un compañero de juerga con dos ganchos de izquierda.
Y en la propia Marbella, se ha convertido en una cara familiar, desde sesiones fumando puros junto a la piscina hasta su impulso promocional para la lucha a puño limpio.
Aún así, a pesar de este pasado marcado, el luchador se posiciona como la voz del pueblo. “El cambio es necesario ya”, instó a los ciudadanos irlandeses en su vídeo de campaña. “Voten a McGregor para Presidente”.