Los precios de la vivienda continúan al alza y lo hacen ya al ritmo más elevado desde la crisis de 2008. Según datos de Fotocasa, los valores se han incrementado en casi un 13% con respecto al año pasado y, en algunas comunidades, el inmueble es ya un 21% más caro que en el pico de la primera burbuja inmobiliaria.
En Madrid, Baleares y Canarias, los precios ya superan el doble de los de 2015. Pero a la cabeza de la subida se encuentra Palma, donde la vivienda se ha encarecido casi un 168,5%. Le siguen Málaga con un 153%, Madrid con un 131,7%, Valencia con un 119% y Santa Cruz de Tenerife con un 106,8%.
Muchas de ellas son ciudades que han experimentado un intenso crecimiento demográfico, pero donde la construcción no ha crecido a la par, a lo que se suman otros factores como los alquileres turísticos. Otros lugares que también han registrado incrementos, aunque no tan drásticos, son Tarragona, donde los precios han subido un 19,3%, y Jaén, con un aumento del 18,7%.
La situación es bien distinta en Zamora. Es el único municipio donde los precios de la vivienda han registrado un descenso. En concreto, han caído un 2%. Constituye la única excepción en España, lo que confirma que el acceso a la vivienda se halla cada vez más lejos del alcance del ciudadano medio. En un intento por abordar esta situación, el Gobierno pretende lanzar una oferta de compra de 100 millones de euros para incrementar el parque público. Además, el jueves presentó su empresa pública de vivienda Casa 47, mediante la cual pretende alquilar las 40.000 viviendas en propiedad de Sareb.
Mientras tanto, el Parlamento balear ha rechazado la posibilidad de que los ayuntamientos puedan solicitar ser declarados zonas de mercado residencial tensionado y acoger una limitación de los precios del alquiler. Este era uno de los puntos que contenía una moción defendida por la diputada socialista Carol Marqués en el pleno del martes, la cual fue rechazada casi en su totalidad por los votos del PP y Vox.
La iniciativa proponía que el Govern autonómico, en cumplimiento de la ley estatal de vivienda, declarase como zonas tensionadas a todos los municipios de la región que cumpliesen las condiciones establecidas, para así poder regular los precios del alquier. Pero no logró salir adelante.