Desde el primer momento en que Lurker aparece en la pantalla, se nota que el director Alex Russell a creado algo extraordinario en su debut cinematográfico. Con su experiencia en series aclamadas como "The Bear" y "Beef", Russell nos presenta un thriller psicológico que mezcla la obsesión, la fama y la vulnerabilidad humana en una narrativa de la que es imposible apartar la vista. Su estilo energético le da vida nueva a temas conocidos, haciendo que la película destaque entre otras historias parecidas. Gracias a sus increíbles actuaciones principales, Lurker se siente fresca y muy relevante, especialmente en nuestra obsesión cultural actual con las celebridades.
En el centro de la historia está Matthew, un empleado de ventas solitario en Los Ángeles, interpretado por Théodore Pellerin. Su actuación es magnética—a la vez frágil y desquiciada—mientras se infiltra en el círculo íntimo de la estrella de música emergente Oliver, personificado por Archie Madekwe. La historia construye tensión inteligentemente, revelando capas de manipulación y desesperación que mantienen al espectador al borde del asiento. Sin revelar giros clave, la exploración de la proximidad y las dinámicas de poder convierten lo que podría ser una trama simple en un baile de admiración y control. La interpretación de Pellerin es increíble, capturando la esencia pura de un personaje impulsado por un miedo monstruoso a la alienación. Su lado manipulador es tan fascinante que te adentra en la psique de Matthew, haciendo que su evolución sea inquietantemente perturbadora.
Igualmente impresionante es Archie Madekwe, quien aporta carisma y distanciamiento a Oliver. Recién salido de papeles en "Midsommar" y "Saltburn", Madekwe personifica el atractivo enigmático de una estrella en ciernes, manejando sus propias voces con una autenticidad que ancla la fama creciente del personaje. La química entre los protagonistas genera una tensión que desdibuja la línea entre la admiración y la obsesión. Sus interacciones son entretenidas pero teñidas de una inquietud sutil, haciendo de cada escena una clase maestra de intensidad contenida.
La película ofrece un comentario brillante sobre la cultura de la celebridad, la soledad y las recompensas del mal comportamiento en nuestro mundo obsesionado con la fama. Golpea fuerte en las diferencias de clase social y las relaciones simbióticas en los círculos de influencers, provocando reflexiones incómodas sin exagerar. Como una historia de advertencia envuelta en drama psicológico, su ejecución te hace pensar profundamente sobre por qué la gente anhela fama y conexión.
Al final, Lurker es un psicodrama impactante que te deja pasmado con su actuación muy real, una dirección fenomenal y una exploración profunda de la infatuación y la búsqueda de aprobación. Muy recomendable para los amantes de los thrillers y las inmersiones incómodas en la naturaleza humana—es una fuerte candidata para una de las mejores películas del 2025, dejándote aturdido y inestable de la mejor manera posible.
Se proyecta en el Luna Leederville desde el 27 de noviembre.