El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, ha defendido el juicio en el que su antecesor, Jair Bolsonaro, fue condenado a más de 27 años de prisión por planear un golpe de estado.
En un artículo de opinión publicado en el New York Times, Lula rechazó la descripción del presidente estadounidense Donald Trump que calificó el juicio como una “caza de brujas”, diciendo que fue una “decisión histórica que salvaguarda nuestras instituciones y el estado de derecho democrático”.
El líder brasileño dijo que escribió el ensayo para establecer un diálogo abierto y franco con el presidente de EE.UU., Donald Trump, quien ha impuesto aranceles del 50% a las importaciones brasileñas.
Lula calificó la subida de aranceles como “no solo equivocada sino ilógica”.
Dijo que durante los últimos 15 años, EE.UU. había “acumulado un superávit de $410 mil millones en el comercio bilateral de bienes y servicios”, añadiendo que la decisión de imponer los aranceles solo puede ser política.
“El gobierno estadounidense está usando aranceles y la Ley Magnitsky para buscar impunidad para el expresidente Jair Bolsonaro”, escribió Lula, refiriéndose a las sanciones que EE.UU. ha impuesto al juez del Supremo que lideró el juicio contra Bolsonaro.
El juicio concluyó el jueves cuando cuatro de los cinco magistrados del tribunal encargado de juzgar a Bolsonaro lo declararon culpable de los cinco cargos que enfrentaba. Se necesitaba una mayoría simple para condenarlo.
Bolsonaro ha sido sentenciado a 27 años y 3 meses de prisión, una sentencia que sus abogados dicen que apelarán.
Trump dijo que le pareció el veredicto “muy sorprendente” y el secretario de Estado Marco Rubio anunció que EE.UU. “responderá en consecuencia a esta caza de brujas”.
En su artículo, Lula insistió en que el juicio “no es una ‘caza de brujas'”.
“El juicio fue el resultado de un proceso llevado a cabo conforme a la Constitución de 1988, promulgada después de dos décadas de lucha contra una dictadura militar”, escribió, recordando que la democracia brasileña fue restaurada en 1985 tras 20 años de gobierno militar.
Lula también rechazó las acusaciones de la administración Trump de que el sistema judicial brasileño ha perseguido y censurado a empresas tecnológicas estadounidenses.
El presidente brasileño dijo que sus tribunales tienen razón en regular internet y que no se trata a las empresas de EE.UU. de manera injusta.
Concluyó su ensayo dirigiéndose directamente al presidente Trump, diciéndole que Brasil sigue abierto a negociar “cualquier cosa que pueda traer beneficios mutuos”, pero advirtiendo que “la democracia y la soberanía de Brasil no son negociables”.
