Durante décadas, este establecimiento hotelero de Madrid ha sido el elegido por quienes visitan la ciudad por negocios o para asistir a algún encuentro en el cercano Bernabéu.
No obstante, el Hotel Cuzco, situado en la principal arteria de la capital, el Paseo de la Castellana, ha sido objeto de una profunda renovación.
Gracias a una inversión de diecisiete millones de euros del grupo Marriott, se ha convertido en un referente de estilo y comodidad bajo la moderna marca Westin.
Ubicado a tan solo unos pasos del rediseñado y futurista estadio del Real Madrid y del centro neurálgico de los negocios de la ciudad, ofrece numerosos alicientes para alojarse en él.
Para los amantes del arte, su proximidad al llamativo Palacio de Congresos, con su célebre mural de Joan Miró, así como al extraordinario Museo Sorolla —la que fuera casa del artista en Madrid—, lo convierte en una opción inmejorable.
Asimismo, se encuentra a un paso de la Plaza de Castilla, con su emblemática arquitectura y su variada oferta museística, que incluye la Fundación Canal y el Museo de Transportes de la EMT, ideal para los más pequeños. La estación de metro colindante conecta con la Plaza de España en apenas seis paradas.
Siendo el segundo establecimiento Westin en la ciudad —el primero es el histórico Hotel Palace, situado una docena de manzanas más al sur—, cuenta con 290 habitaciones, entre las cuales destacan 44 suites excepcionalmente equipadas.
Muchas de ellas ofrecen impresionantes vistas de la ciudad y de la sierra de Navacerrada, y todas han sido renovadas con un claro criterio estilístico.
Las suites son magníficas, cada una dispone de tres ambientes y un amplio vestidor, además de tres aseos. Están dotadas de la última tecnología y, lo que es más importante, de ropa de cama y almohadas de la más alta calidad.
Las pinturas y obras de arte complementan a la perfección la cuidada selección de muebles retro. Una sala de reuniones independiente con mesa de director resulta ideal para encuentros de negocios.
Las líneas modernas, el diseño vanguardista y las tonalidades terrosas confieren al conjunto del hotel un aire casi escandinavo, mientras que su recepción y su impresionante bar se han erigido en punto de encuentro tanto para aficionados al fútbol como para ejecutivos.
La zona del bar, con su enorme lámpara de araña curva, su sofá circular en cobalto a juego y su suelo en blanco y negro, contrasta con los arcos de roble natural y la barra de un rojo carmesí intenso.
Este es el lugar ideal para cenar y, aunque la carta es limitada, ofrece una excelente relación calidad-precio en tapas y, por supuesto, en margaritas, una de las mejores de la zona.
Para los días y tardes cálidos, ahora también cuenta con una terraza exterior para disfrutar del maravilloso clima madrileño.
Asegúrese de incluir el desayuno en su tarifa, pues está entre los mejores de Madrid.
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