Arqueólogos de Écija (Andalucía) han desenterrado un tesoro romano de casi dos milenios de antigüedad: un impresionante mosaico de 40 metros cuadrados que antaño embellecía el salón comedor y de recepciones de una residencia palaciega de dos plantas y 1.200 metros cuadrados.
El hallazgo, que conserva aproximadamente el 60% de su superficie original, no solo es colosal; constituye una ventana a la vida opulenta de la aristocracia romana provincial.
El suelo, u ‘oecus’, presenta deslumbrantes motivos geométricos, vibrantes teselas de vidrio e incluso alegorías estacionales junto a imágenes de aves como perdices y faisanes.
Los colores son inusualmente vívidos, con intensos azules reservados para las familias más acaudaladas.
“Nos sorprendió el grado de conservación,” declaró Sergio García-Dils, el arqueólogo municipal al frente de la excavación. “La combinación de mosaicos complejos y una inusual cornisa de estuco –en lugar del mármol más común– realmente distingue a esta vivienda.”
Las excavaciones también han revelado murales, pinturas y otros mosaicos, lo que demuestra que los propietarios no repararon en gastos.
LOS EXPERTOS CALCULAN que la residencia principal pudo tener unos 400 metros cuadrados de suelos mosaicados, con algunas estancias requiriendo hasta dos millones de teselas individuales. Viviendas cercanas de la época incluso contaban con suelos de mármol importado de Carrara y Grecia.
El diseño del mosaico envolvía a los comensales en un entorno elegante y sofisticado, con patrones que reflejaban tanto el gusto artístico como el estatus social.
Los materiales de alta calidad y la ejecución compleja subrayan la importancia de Écija como un próspero centro del comercio de aceite de oliva en los inicios del Imperio Romano.
Silvia Heredia, alcaldesa de Écija, confirmó que el ayuntamiento planea proteger y musealizar el yacimiento, incluyendo la construcción de un auditorio con vistas a la histórica iglesia de San Gil.
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