Una caída superior al ocho por ciento en julio confirmó la tendencia a la baja del turismo alemán en Mallorca, que había comenzado en mayo. Este descenso siguió a un período prolongado de crecimiento —un 10% de media—. Las protestas no se consideran realmente un factor determinante; la principal razón es la situación de la economía alemana.
Álvaro Blanco, director de la oficina de Turespaña en Berlín, es claro al afirmar que “la situación económica en Alemania no está ayudando”. Al referirse a la caída del PIB alemán, el aumento del desempleo y la subida de precios de productos y servicios en Alemania, señala que todos estos factores afectan tanto a los destinos vacacionales extranjeros como al propio país.
El incremento de precios en Mallorca —y en lo que respecta al turismo alemán en Baleares, más del 90% se concentra en la isla— ha coincidido con las condiciones económicas internas y está provocando que los vacacionistas opten por destinos más asequibles.
Carlos Cendra, director de Marketing y Comunicación de Mabrian, la consultora de datos turísticos que proporciona información al Gobierno balear y a los consejos insulares, señala una comparativa con Antalya y la Riviera turca. La capacidad de los vuelos hacia Antalya ha aumentado un ocho por ciento este verano. La tarifa hotelera media por noche en julio y agosto fue de 92 €; en Baleares, esta ascendió a 292 €. “El clima consumer alemán es, en general, menos optimista, y esto reduce las intenciones de gasto. El mercado turístico alemán es muy sensible a las fluctuaciones de precios, y cuando el clima de consumo es menos alentador, esta sensibilidad es mayor.”
El cónsul alemán en Mallorca, Wolfgang Engstler, afirma que “los turistas alemanes están teniendo que prestar más atención a sus presupuestos y ya no pueden gastar tanto dinero en vacaciones”. “Dado que los vuelos y los hoteles en Mallorca han subido significativamente de precio, generalmente queda menos dinero para otros fines. Esto también se aplica a la propia Alemania, donde hay quejas de los restaurantes. Cada vez más personas no pueden permitirse comer fuera debido al aumento del costo de la vida; evitan salir a cenar.”
Las protestas han tenido una amplia cobertura en los medios alemanes, pero Engstler no cree que sean decisivas para explicar la caída en el número de turistas. “Para las familias, la evolución de los precios, unida a presupuestos más ajustados, son los factores determinantes.”
Cendra acepta que las protestas puedan afectar las intenciones de viaje en el momento de la reserva, pero no aprecia efectos visibles en la demanda alemana, añadiendo que el índice general de satisfacción de los visitantes con el producto turístico y la seguridad en Baleares ha ido en aumento en las últimas temporadas. No obstante, considera que el impacto de las protestas en la percepción global del destino “sí es un tema que requiere atención para evitar la idea de que los viajeros no son bienvenidos o de que los turistas alemanes ya no se sienten como en casa, un factor clave para este mercado”.
