Para los expatriados británicos que residen en Mallorca, la compra semanal de alimentos vuelve a suponer un aprieto para el bolsillo, y en esta ocasión son los huevos los que acaparan toda la atención. Los precios se han disparado de forma dramática en todo el archipiélago balear, y las últimas cifras revelan un incremento del 49,6 por ciento en los últimos cuatro años. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó que este humilde alimento básico se ha convertido en uno de los productos con mayor inflación en la cesta de la compra insular, y todo apunta a que la situación se agravará a medida que la gripe aviar se intensifica en Europa.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha anunciado que, a partir del próximo lunes, entrarán en vigor medidas de contención adicionales para prevenir una mayor propagación de la influenza aviar. Esta decisión se produce tras un repunte de casos notificados en Europa, agravado por los movimientos migratorios estacionales de las aves y el descenso de las temperaturas, que favorecen la transmisión. Aunque Baleares ha logrado eludir, por ahora, restricciones generalizadas, las islas han prohibido como precaución los mercados y ferias de ganado. En la península, sin embargo, 1.199 municipios ya han sido declarados zonas de alto riesgo, donde se han impuesto órdenes de confinamiento para las aves de corral.
Aunque estas restricciones de bioseguridad aún no afectan directamente a la mayoría de las granjas baleares, sus efectos colaterales resultan inevitables. La mayor parte de los huevos que se consumen en Mallorca y las islas vecinas provienen de la España peninsular. Según Bartolomé Servera, presidente de la Asociación de Distribuidores de Alimentación y Bebidas de Baleares, los precios suben «día a día», si bien insiste en que, por el momento, no se registran desabastecimientos significativos. No obstante, con el aumento de los costes de producción y el endurecimiento de las cadenas de suministro, los distribuidores anticipan un deterioro de la situación en los próximos meses.
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El aumento de costes y el temor a la gripe aviar impulsan la inflación de los huevos en España
Carles Tarancón, secretario general de ASODIB, que agrupa a las principales cadenas de supermercados de Baleares, coincide en que es probable que se produzcan nuevas subidas. Atribuye esta tendencia a presiones externas —desde las restricciones sanitarias hasta el encarecimiento de la energía, el transporte y los piensos—. Los consumidores, afirma, ya se están adaptando a los precios más elevados como parte de un patrón inflacionario más amplio que comenzó en 2021 y no muestra indicios de remitir. Alfonso Rodríguez, presidente de la asociación de consumidores Consubal, califica las subidas de precios como «un nuevo golpe para las familias con menos recursos económicos». Vaticina que la tendencia alcista continuará «de forma moderada» mientras el sector avícola lidia con el incremento de costes y las medidas más estrictas de control de enfermedades.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) también ha advertido de que los huevos más asequibles han experimentado las subidas más pronunciadas. La categoría más económica ha aumentado aproximadamente un euro en sólo seis meses, lo que supone un incremento de alrededor del cincuenta por ciento. Desde 2021, los huevos de tamaño medio (categoría M) han subido un 137 por ciento, mientras que los grandes (categoría L) lo han hecho un 119 por ciento. Esta fuerte alza refleja la volatilidad persistente en el mercado y la limitada capacidad de los productores para absorber los nuevos costes.
La influenza aviar —conocida comúnmente como gripe aviar— está causada por el virus de la influenza A, que afecta principalmente a las aves pero también puede infectar a mamíferos, incluidos los seres humanos, tras un contacto prolongado con animales infectados. Las aves acuáticas silvestres son los principales portadores, y el virus está presente de forma continua en muchas poblaciones migratorias. Cuando llega a las aves de corral domésticas, puede propagarse rápidamente a través de la saliva, las secreciones mucosas y las heces. Determinadas cepas, en particular la variante altamente patógena H5N1, pueden diezmar granjas enteras, reduciendo drásticamente la puesta de huevos y provocando muertes súbitas entre las gallinas. En las últimas dos décadas, el virus ha motivado el sacrificio de cientos de millones de aves en todo el mundo en un esfuerzo por evitar una mayor transmisión.
Qué significa para los expatriados en Mallorca
Recientemente, España ha notificado nuevos brotes, entre ellos uno en una gran explotación comercial de gallinas ponedoras cerca de Valladolid, que albergaba más de 760.000 aves. Como consecuencia, España ha perdido temporalmente su estatus de «libre de influenza aviar», una designación que afecta a las exportaciones y ejerce una presión adicional sobre los productores nacionales.
Para los expatriados en Mallorca, Ibiza y Menorca, esto se traduce en un nuevo encarecimiento de los productos de primera necesidad. Los huevos, considerados durante mucho tiempo una fuente de proteínas asequible, se están convirtiendo ahora en un artículo de lujo en algunos hogares. Los supermercados informan de que, aunque no hay un desabastecimiento inmediato, los precios mayoristas más elevados seguirán trasladándose a los consumidores en las próximas semanas. La combinación de brotes de enfermedades, inflación energética y disrupciones en la cadena de suministro está impulsando los precios al alza, y no se vislumbra un respiro en el horizonte.
En definitiva, aunque la gripe aviar quizá no represente una amenaza directa para la salud pública en Baleares, sus consecuencias económicas ya se están dejando sentir en los desayunos de todos los habitantes del archipiélago. No obstante, los expertos del sector se muestran optimistas y confían en que las medidas actuales contribuyan a estabilizar el suministro y evitar mayores perturbaciones. Los productores se están adaptando con celeridad, y la sólida red agrícola de España hace preveer que cualquier eventual desabastecimiento será pasajero. Para los expatriados británicos que gestionan su presupuesto bajo el sol mediterráneo, esto supone un recordatorio de la necesidad de mantenerse informados, pero también de conservar la esperanza de que pronto podrán volver a disfrutar de mañanas más tranquilas y asequibles.
