Los musulmanes esperan con ansias el banquete anual del Eid. Muchos africanos ahora luchan por costearlo.

KARA, Nigeria (AP) — Las familias musulmanas en África Occidental enfrentan los altos precios de los carneros para el sacrificio tradicional, central en la celebración del Eid al-Adha, un problema que refleja las crecientes crisis económicas y humanitarias de la región.

En el mercado de ganado de Kara, al sur del estado de Ogun en Nigeria, vendedores y compradores están en aprietos. Los precios se han duplicado comparado con el año pasado, reduciendo las ventas en un mercado que suele estar lleno antes del Eid.

“El carnero que compré por 200,000 nairas ($127) el año pasado, este año empezamos a negociar desde 600,000 nairas ($380)”, dijo Abiodun Akinyoye, quien vino a comprar carne para la festividad.

El Programa Mundial de Alimentos de la ONU dijo el mes pasado que más de 36 millones de personas tienen dificultades para cubrir necesidades básicas de alimentación en África Occidental y Central, una cifra que podría subir a 52 millones durante la temporada de escasez de junio a agosto.

Más de 10 millones de los más vulnerables en la región han sido desplazados por conflictos, sumado a otros factores como inflación alimentaria y condiciones climáticas extremas.

“Estamos en un punto crítico y millones de vidas están en riesgo”, dijo Margot van der Velden, directora regional del PMA.

En los países más afectados, mayoritariamente musulmanes, muchas familias que antes compraban carneros para la festividad ahora no pueden mantener esa tradición debido a los altos costos, gastando gran parte de sus ingresos en cumplir con los ritos religiosos.

“Todos estamos sufriendo”, dijo Jaji Kaligini, vendedor de carneros en Nigeria, refiriéndose a la crisis del costo de vida por las políticas del presidente Bola Tinubu, como la eliminación de subsidios. “No sabemos qué hacer”.

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En países como Níger, donde la inseguridad creciente empeora las condiciones, el gobierno militar prohibió la exportación de carneros para estabilizar el suministro. Aunque eso ayudó localmente, redujo la disponibilidad en Nigeria y Benín.

“Hay suficiente ganado (en Níger)”, dijo Hasoumi Daouda en un mercado local, “pero la crisis financiera los hace demasiado caros”.

La situación plantea dudas sobre si el sacrificio es obligatorio para musulmanes. “No es obligatorio para quienes realmente no pueden pagarlo”, explicó Bukola Hameed, académico islámico.

Pero quienes sí pueden, tienen “el deber de compartir la carne con vecinos pobres”, añadió otro académico, Mikail Adekunle.

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Adebayo reportó desde Abuja, Nigeria.