Análisis de Mercados Globales: Una Jornada de Contrastes
Los principales índices bursátiles europeos inauguraron la sesión del viernes con predominancia de números verdes, en la estela de las cruciales decisiones de política monetaria adoptadas a lo largo de la semana. El Banco de Inglaterra mantuvo los tipos de interés sin cambios el jueves, el Banco de Japón replicó la medida el viernes, y el miércoles, la Reserva Federal recortó su tasa clave en 25 puntos básicos, en su primera reducción del año.
Inmediatamente después de la apertura del viernes, el CAC 40 francés avanzó un 0,38%, situándose en 7.884,10 puntos. El DAX alemán registró una subida más modesta del 0,04%, hasta los 23.682,84 puntos, mientras que el FTSE 100 británico prácticamente se mantuvo plano con una ganancia del 0,01%, alcanzando los 9.229,03 puntos. Por su parte, el IBEX 35 español experimentó un apreciable incremento del 0,39%, llegando a los 15.234,60 puntos, y el FTSE MIB italiano progresó un 0,25%, hasta los 42.414,35 puntos. En contraste, el amplio índice STOXX 600 cedió un leve 0,03%, finalizando en 554,83 puntos, aunque el STOXX 50 sí logró ganancias del 0,14%, cerrando en 5.464,47 puntos.
Mientras tanto, en Asia, la tendencia fue mayoritariamente bajista el viernes, tras una sesión en la que un repunte concentrado en valores tecnológicos, liderado por Nvidia e Intel, impulsó a Wall Street hacia nuevos máximos históricos. El Nikkei 225 japonés revirtió sus ganancias iniciales para cerrar en negativo, con un descenso del 0,57% hasta los 45.045,81 puntos. Esta caída se produjo después de que el banco central del país decidiera mantener su tasa de interés de corto plazo sin cambios en el 0,5%. Datos publicados el viernes también revelaron que la inflación interanual en agosto se desaceleró hasta un mínimo de 10 meses, situándose en el 2,7%, desde el 3,1% del mes anterior.
En los mercados chinos, el índice Hang Seng de Hong Kong agregó un 0,26% hasta los 26.476,86 puntos, mientras que el compuesto de Shanghái cayó un 0,30% hasta los 3.820,09 puntos. Los inversores aguardaban con expectación una llamada telefónica programada para el viernes entre el presidente Donald Trump y el presidente de China, Xi Jinping, donde se anticipaba que los líderes abordarían el espinoso tema de los aranceles y un potencial acuerdo para permitir que Tiktok continúe operando en Estados Unidos. El S&P/ASX 200 australiano se recuperó un 0,32% hasta los 8.773,50 puntos, tras las pérdidas de la jornada anterior, que se produjeron cuando datos oficiales indicaron cierta suavización en el mercado laboral. El Kospi surcoreano no tuvo la misma suerte y cayó un 0,46% hasta los 3.445,24 puntos. El BSE Sensex de India retrocedió un 0,53%, recortando las ganancias previas, y el Taiex de Taiwán descendió un 0,74%.
Wall Street, por su parte, alcanzó nuevos récords absolutos el jueves, impulsado por una notable manifestación de fuerza en el sector tecnológico, capitaneada por Nvidia e Intel tras el anuncio de un relevante acuerdo de inversión. El S&P 500 escaló un 0,48%, encaminándose así hacia su tercera semana consecutiva al alza. El Promedio Industrial Dow Jones añadió 124 puntos, equivalentes a un 0,27%, y el Compuesto NASDAQ avanzó un significativo 0,94%. Los tres principales índices establecieron máximos históricos sin precedentes.
Los Triunfadores de Wall Street
Intel protagonizó una espectacular revalorización del 22,77%, registrando su mejor jornada desde 1987, después de que Nvidia anunciara la compra de acciones del fabricante de chips por valor de 5.000 millones de dólares (4.250 millones de euros). Esta operación se enmarca dentro de una colaboración estratégica más amplia mediante la cual ambas compañías desarrollarán productos conjuntos para centros de datos y computación personal. Nvidia, por su parte, subió un 3,49%, erigiéndose con diferencia en la principal fuerza impulsora del avance del S&P 500, reforzando su posición como la compañía más valiosa de Wall Street.
Paralelamente, una serie de informes económicos más alentadores impulsaron al alza los rendimientos de los bonos del Tesoro en el mercado de deuda. Destacó entre ellos la publicación que indicaba que el número de estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo la semana pasada fue inferior al anticipado. Este dato podría sugerir que el ritmo de despidos se está desacelerando, lo que supuso un balón de oxígeno tras las cifras de la semana anterior, que mostraron un desconcertante salto a su nivel más alto en cuatro años. El deterioro del mercado laboral ha sido tan significativo que fue el factor clave que llevó a la Reserva Federal a recortar su tipo de interés principal el miércoles, con el objetivo declarado de impulsar el momentum económico.
La Fed también señaló que podrían ser necesarios nuevos recortes en el futuro, aunque su presidente, Jerome Powell, advirtió de que la institución se encuentra en una posición delicada y podría verse obligada a cambiar de rumbo con rapidez. Esta cautela se debe a la inusual situación económica actual, donde el mercado laboral muestra signos de debilidad mientras la inflación se mantiene terco y persistentemente alta de forma simultánea. El mandato dual de la Fed le obliga a equilibrar ambos frentes, si bien cuenta con una única herramienta principal para lograrlo: la política de tipos. El problema radica en que actuar para ayudar a un frente (por ejemplo, recortando tipos para estimular el empleo) a menudo perjudica al otro (alimentando presiones inflacionistas) en el corto plazo.
Las expectativas de que la Fed continuará con su ciclo de bajadas de tipos están en su punto más alto en Wall Street, y cualquier interrupción inesperada en este proceso podría desencadenar una significativa corrección en los mercados. Los analistas más críticos arguyen que los precios de las acciones ya se han disparado en exceso y han devenido excesivamente caros, en parte debido a las fuertes apuestas de los inversores en unos recortes de tipos continuados.
En la sesión del jueves, fueron las acciones de compañías de menor capitalización las que lideraron los avances, al ser percibidas como las mayores beneficiarias de un entorno de tipos más bajos. El índice Russell 2000, que agrupa a estas empresas, se disparó un notable 2,5%, uniéndose así a sus homólogos de gran capitalización en la consecución de máximos históricos, superando incluso su anterior registro establecido en 2021.
En otras operaciones relevantes del viernes, el crudo de referencia estadounidense, el WTI, cayó un 0,16% hasta los 63,47 dólares por barril. El Brent Crude, el referencial internacional, registró una pérdida inferior al 0,1%, cotizando a 66,90 dólares por barril. El dólar estadounidense se depreció ligeramente, cayendo por debajo del nivel de 147,8210 yenes, con una pérdida inferior al 0,1%. El euro también cedió terreno frente al billete verde, cotizando a 1,18 dólares, un 0,1% menos.
