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Los consumidores daneses y de otros países escandinavos están boicoteando en masa a Coca Cola en protesta por la política exterior del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, especialmente por sus repetidas amenazas de anexar Groenlandia, un territorio danés.
Según el restaurador Roque Martínez, propietario de El Jinete en Mijas, España, el boicot incluso ha llegado a él con quejas de sus clientes noruegos sobre el restaurante que ofrece la clásica bebida americana. ‘¿Por qué no sirves Cola danesa en lugar de esa bebida americana?’ varios comensales se han quejado, dejándolo asombrado.
Jacob Aarup-Andersen, CEO de Carlsberg, que embotella Coca Cola en Dinamarca, informó de una disminución en las ventas de Coca-Cola a medida que cada vez más personas optan por la versión danesa, Jolly Cola. ‘Hay un cierto boicot a las marcas americanas’, dijo Aarup-Andersen, agregando que la marca local más pequeña está ganando cuota de mercado en toda Escandinavia.
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La marca danesa Jolly Cola ha experimentado un aumento dramático en la demanda. La cadena de supermercados Rema informó de un aumento de 13 veces en las ventas de Jolly Cola en marzo en comparación con el año anterior, lo que sugiere un fuerte cambio del consumidor hacia alternativas europeas.
El boicot sugiere un creciente descontento con las políticas de Estados Unidos bajo Trump, cuyo lenguaje provocativo sobre Groenlandia y los aranceles a los productos europeos han tensionado las relaciones entre Escandinavia y América. El CEO de Carlsberg afirma que la disminución de las ventas no es catastrófica, pero la tendencia muestra que podría estar creciendo y es algo a tener en cuenta.
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