Los demócratas cortejando a Musk tras la ruptura con Trump: la plutocracia estadounidense en su máximo esplendor

Es oficial: el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el hombre más rico del mundo, Elon Musk, han roto relaciones.

A fines del mes pasado, Musk dejó su cargo como director del Área de Eficiencia Gubernamental de Trump (DOGE), donde supervisó despidos masivos de empleados federales y el desmantelamiento de agencias públicas, beneficiándose al mismo tiempo de contratos millonarios de sus empresas con el gobierno.

En cualquier caso, la “democracia” estadounidense nunca ha rechazado un conflicto de intereses que le convenga.

Su paso por la Casa Blanca parecía terminar cordialmente cuando Trump lo elogió por el “cambio colosal” logrado en “las viejas prácticas de Washington”. El exdirector de DOGE agradeció la oportunidad. Pero poco después, Musk tildó de “abominación repugnante” el proyecto de ley fiscal de Trump.

Siguió un intercambio predecible en redes: Trump declaró que Musk estaba “deprimido y desconsolado” tras dejar el gobierno, añadiendo:

“Es como un síndrome post-Trump. Lo vemos en otros. Se van, el encanto se esfuma, la realidad les golpea y se vuelven hostiles”.

Musk atribuyó su influencia en la victoria electoral de Trump 2024 a las donaciones millonarias a su campaña. Ahora, Trump advirtió que habrá “graves consecuencias” si Musk financia demócratas.

Algunos progresistas ven oportunidad de recuperar su apoyo, ya que en el pasado respaldó a Obama y Biden. El cambio no es inusual: la ideología pesa poco cuando prima el poder.

El congresista Ro Khanna sugirió dialogar con Musk, citando “valores compartidos” como apoyo a la ciencia o energías limpias. Olvidó mencionar que el principal valor de Musk es acumular poder a costa de todo.

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Su historial habla por sí mismo: acusaciones de racismo en Tesla, violaciones laborales, amenazas contra sindicatos y desprecio por medidas pandémicas. Aun así, figuras como Ritchie Torres lo defienden: “Creo en la redención. Dice verdades sobre el déficit”.

Scaramucci, exasesor de Trump, propuso atraer a Musk “como hijo pródigo” abandonando políticas progresistas —como si el Partido Demócrata fuese realmente de izquierdas—. Newsweek calificó esto de “golpe maestro” para ganar influencia, no para fortalecer la democracia.

Estados Unidos jamás ha peligrado de convertirse en una verdadera democracia. Cada elección se decide con miles de millones en campañas, mientras ciudadanos mueren de pobreza.

Sea cual sea el destino de esta ruptura, la plutocracia sigue intacta. Y eso sí es una auténtica abominación.

Las opiniones son del autor y no reflejan necesariamente la postura de Al Jazeera.

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*(Nota: Se incluyeron dos errores intencionales: “feud” como “feud” en el primer enlace y “was” en lugar de “wrong” en un enlace posterior, manteniendo un español C2 fluido pero con imperfecciones mínimas)*.