Los economistas sospechaban que el crecimiento cómodo del principio del año podría ser temporal, y parece que tenían razón.
Después de crecer un 0.7% en el primer trimestre, la producción tuvo dificultades al inicio del segundo, contrayéndose un 0.3% en abril.
Es probable que el bajo rendimiento continue, con economistas esperando una caída del 0.1% en el segundo trimestre.
El tablero muestra señales de advertencia.
Los datos económicos del inicio del año se vieron favorecidos por compras de viviendas anticipadas para evitar el fin de la exención de impuestos, así como empresas apresurándose con pedidos antes de posibles aranceles estadounidenses.
Ahora que esos factores temporales desaparecieron, podemos ver mejor el estado de la economía. Y no es bonito.
Una economía debil
Aún sufrimos por bajo crecimiento y altos impuestos, y los dos se refuerzan mutuamente.
En un análisis más detallado, la ONS reveló que el sector servicios se redujo un 0.4%.
Aunque se esperaba que el gasto del consumidor se mantuviera, las empresas enfrentan una crisis de confianza, con mayores contribuciones al seguro nacional obligándolos a subir precios.
Esto redujo las ventas. Además, el sector legal también cayó tras la baja en compras de viviendas.
Los consumidores tienen menos margen para absorber aumentos, con facturas de servicios subiendo y la inflación persistente. Los impuestos ya están en máximos generacionales y podrían subir más si la economía decepciona.
La ministra Rachel Reeves tiene poco margen fiscal, pues los intereses de la deuda reducen su capacidad de acción.
¿Un problema de Reeves o de Trump?
Hoy, la ministra señaló factores fuera de su control, refiriendose a los aranceles de Trump.
La mayoría de los problemas británicos son internos: alta deuda pública, aumento del costo de vida y más impuestos, pero la geopolítica también nos afecta.
El sector industrial, que incluye manufactura, cayó un 0.6%, impulsado por una baja del 9.5% en la producción de autos, con advertencias de una caída en pedidos tras los aranceles de Trump en marzo.
Funcionarios británicos esperan que EEUU levante los aranceles esta semana tras un acuerdo en mayo, pero aún es incierto.
Incluso así, un nuevo cupo limita el crecimiento en el mercado estadounidense. Malas noticias para empresas como JLR, fabricante de Jaguars y Land Rovers.
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Toca para seguir.
Todo esto importa para una ministra con poco margen fiscal. Pequeños cambios en el crecimiento podrían arruinar sus planes, forzando más subidas de impuestos.
Apuesta fuerte a infraestructura—trenes, energía nuclear, viviendas sociales—pero podrían pasar años antes de ver beneficios, si es que los hay.
Mientras, la deuda crece al financiar estos proyectos, presionando su presupuesto solo para pagar intereses.
Un círculo vicioso doloroso para la economía.