Matricular a tu hijo en un colegio público de primaria en España puede resultar tan emocionante como desconcertante. Constituye una forma maravillosa de integrarse en la comunidad local, si bien es cierto que, en un primer momento, puede generar cierta aprensión tanto a los padres como a los niños. A continuación, comparto algunas impresiones de una madre que recientemente ha escolarizado a su hijo de seis años en un colegio rural español.
Un nuevo ritmo
Uno de los cambios más significativos es el calendario escolar. A diferencia del Reino Unido, donde los trimestres se intercalan con períodos vacacionales intermedios, los colegios públicos españoles siguen un ritmo distinto. Las largas vacaciones estivales dominan el año académico y, si bien algunos centros internacionales se ajustan al calendario británico, la mayoría de las escuelas locales no lo hacen.
Esto implica que tu hijo podría afrontar períodos lectivos más prolongados entre vacaciones, especialmente desde el final del verano hasta Navidad. Muchos padres autóctonos describen el otoño como una “época de sosiego” tras el ajetreo estival, la oportunidad perfecta para desacelerar y adaptarse a la nueva rutina antes de que comience la temporada festiva.
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Actividades extraescolares asequibles
Durante las extensas vacaciones de verano, numerosos ayuntamientos y colegios organizan campamentos urbanos subvencionados, cuyo coste suele ser muy inferior al de opciones similares en el Reino Unido. Resultan ideales para la inmersión lingüística y, dependiendo de la localidad, acogen a niños de diversos origenes internacionales.
“Mi hija ha trabado amistad con niños de Finlandia, Alemania, Holanda, el Reino Unido y de toda España gracias a estos campamentos”, comenta nuestra madre de referencia. Conviene señalar que muchos de ellos no operan durante la primera o la última semana de las vacaciones, por lo que se recomienda reservar ese tiempo para desconectar y preparar la vuelta al cole.
Deberes y exámenes
Es frecuente que los niños españoles reciban deberes desde una edad temprana, los cuales suelen estar vinculados a evaluaciones periódicas en el aula. Aunque requiere un período de adaptación, puede concebirse como una oportunidad; hacer los deberes juntos permite que tu hijo perciba que tú también aprendes, lo que puede fomentar su seguridad (y mejorar tu español).
No te alarmes si sus calificaciones iniciales son bajas. Para final de curso, la mayoría de los niños evidencian un progreso remarkable. La repetición de curso también es una práctica común en España y no se interpreta como un fracaso, sino como el reconocimiento de que cada niño sigue su propio ritmo de aprendizaje.
Rutinas escolares
Son muchos los niños, algunos con apenas tres años, que utilizan el servicio de ruta escolar para llegar al colegio público, supervisado por profesores. Puede suponer un cambio importante; mientras que algunos menores se sienten ilusionados y más mayores, otros experimentan ansiedad. Es crucial comentar cualquier inquietud con el tutor y, quizás, seguir el ejemplo de nuestra madre, proporcionando una pequeña “bolsa sensorial” para el autobus que ayude durante el trayecto hasta que se habitúen.
El horario lectivo suele ser de 9:00 a 14:00 horas y, por lo general, no incluye el comedor, aunque los niños disponen de un recreo a media mañana en el que toman el desayuno que llevan de casa. Este desayuno puede consistir en un sándwich, fruta, yogur y una bebida, de forma similar a un packed lunch británico. Al igual que en el Reino Unido, los colegios españoles son cada vez más estrictos con los dulces y los snacks poco saludables, por lo que es mejor evitarlos.
Uniforme y material escolar
La mayoría de los colegios públicos no exigen uniforme, lo que permite vestir a los niños acorde a la climatología. Suelen llevar ropa cómoda e informal, y rara vez se ven prendas de marcas reconocidas.
¡Menudo ahorro!, pensarás, pero cualquier dinero ahorrado se invertirá rapidamente en material de papelería. En España, los padres deben proveer todo el material que utilizará su hijo. Es habitual que los niños lleven el primer día una caja enorme repleta de cuadernos, material de escritura y los libros de texto obligatorios, aunque la mayoría de estos últimos sufraganse mediante un chequelibro de la consejería de educación. El material puede ascender a más de 100 euros, incluyendo una mochila resistente para transportarlo todo.
Asimismo, es probable que se solicite una pequeña cuota anual para la asociación de madres y padres de alumnos (AMPA) y otro pago moderado para actividades de clase o eventos estacionales.
Actividades extraescolares y conciliación
Los colegios públicos suelen ofertar actividades extraescolares con una variedad de opciones lúdicas y sesiones de estudio para reforzar los aprendizajes. Estas actividades suelen comenzar alrededor de las 16:00 horas, dado que se presupone que los niños comerán en casa.
No obstante, pueden permanecer en el centro utilizando el servicio de comedor entre el final de la jornada lectiva y el inicio de las actividades, donde se les sirve la comida.
Muchos centros también disponen de un servicio de acogida matinal, similar a los breakfast clubs británicos. Suelen ser económicos y pueden alargar la jornada escolar varias horas, si bien suelen priorizar a familias con ambos progenitores trabajadores, para lo cual se requiere acreditar la situación laboral.
Para finalizar
La vida escolar en España puede parecer peculiar al principio, pero se trata de una oportunidad inmejorable para integrarse en la comunidad local. Desde las fiestas patronales hasta los festivales de fin de curso, pronto verás a tu hijo formar parte de su nueva familia escolar.