Cada año, el primero de noviembre, Mallorca observa el Día de Todos los Santos, una tradición profundamente arraigada en toda España que rinde homenaje a los santos y conmemora a los seres queridos difuntos. La isla reduce su ritmo mientras las familias visitan los cementerios, los comercios locales ajustan sus horarios y las pastelerías de todos los pueblos y ciudades se llenan de dulces típicos.
Homenaje a los seres queridos en Mallorca
El Día de Todos los Santos es un festivo nacional en España, por lo que la mayoría de los colegios, oficinas y edificios gubernamentales permanecen cerrados. En Mallorca, la jornada se caracteriza por una reflexión serena más que por festividades públicas. Las familias acuden a los cementerios para limpiar y adornar las tumbas con crisantemos, velas y flores frescas. En numerosos pueblos se celebran misas por la mañana y al mediodía, y los camposantos se llenan de visitantes que rinden tributo a sus allegados fallecidos.
La víspera, el 31 de octubre, algunas localidades mallorquinas conmemoran la Nit de les Ànimes. Esta tradición consiste en encender velas y preparar pequeños altares en los hogares para dar la bienvenida a los espíritus de los familiares difuntos. Aunque esta costumbre es menos frecuente en la actualidad, las generaciones de más edad aún la valoran sentimentalmente.
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Sabores tradicionales de la temporada
La gastronomía juega un papel especial en las celebraciones del Día de Todos los Santos. Las panaderías y cafeterías locales elaboran dulces típicos de la temporada como los panellets (dulces pequeños a base de almendra cubiertos de piñones), los buñuelos de viento y las castañas asadas. Estas delicias se suelen acompañar con vino dulce o moscatel, aportando calidez y consuelo al fresco ambiente otoñal.
Por toda Palma y sus alrededores, los mercados y establecimientos de pastelería empiezan a vender estos productos a finales de octubre, generando un aroma estacional inconfundible a castaña y azúcar que anuncia la llegada del fin de semana de Todos los Santos.
Qué está abierto y cerrado el 1 de noviembre
Dado que el Día de Todos los Santos es un festivo nacional, muchos comercios cerrarán o tendrán horarios reducidos. Las tiendas de proximidad, los bancos y los supermercados en pueblos más pequeños suelen cerrar durante toda la jornada. No obstante, en las zonas turísticas como Palma, Magaluf o Alcúdia, los restaurantes, bares y algunos grandes establecimientos suelen mantener su horario habitual.
La mayoría de los restaurantes y cafeterías en los núcleos turísticos permanecen abiertos, especialmente aquellos que atienden a visitantes. Los grandes centros comerciales de Palma, como Porto Pi o FAN Mallorca, podrían cerrar o modificar su horario, por lo que se recomienda a los viajeros que lo verifiquen con antelación. Los servicios de transporte público siguen funcionando, pero a menudo con una frecuencia de festivo, por lo que es aconsejable planificar los desplazamientos.
Un día de reflexión y comunidad
El Día de Todos los Santos en Mallorca se centra más en el recuerdo que en la festividad. El ambiente en la isla se torna sosegado y contemplativo, ofreciendo a los visitantes una visión de una de las tradiciones más significativas de las Illes Balears. Los residentes dedican tiempo a honrar a sus antepasados, compartir comidas tranquilas en familia y reunirse con sus seres queridos.
Para quienes visitan Mallorca, el 1 de noviembre supone una oportunidad de experimentar la faceta cultural y espiritual de la isla, muy alejada del bullicio de la temporada estival. Es un momento para detenerse, degustar los dulces tradicionales y ser testigo de la profunda conexión de la comunidad con su pasado; una bella muestra de las perdurables tradiciones mallorquinas.
