Los proveedores de servicios sanitarios han lidiado con la interoperabilidad de datos desde la aparición de las Historias Clínicas Electrónicas hace décadas, sin lograr conectar plenamente la información de los pacientes entre sistemas. Podrían tener un modelo inverosímil en el que mirarse para mejorar: la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL).
Durante una ponencia la semana pasada en la Forbes Healthcare Summit anual, el Director Médico de la NFL, Allen Sills, destacó que los 32 equipos de la liga reportan a la misma HCE. Tener todos estos datos de los jugadores en un único sitio ayuda a la liga no solo a tratar lesiones de forma más eficaz, sino también a prevenirlas, afirmó.
“Si pensamos en todas las lesiones que ocurren en una competición atlética, sí, algunas son quizá mala suerte. Los jugadores colisionan accidentalmente, o impactan contra el suelo. Pero hay una proporción de ellas —y podríamos discrepar sobre el porcentaje— que yo calificaría como prevenibles. Son prevenibles si comprendemos los factores desencadenantes: si entendemos el quién, el qué, el por qué y las circunstancias de esas lesiones”, explicó Sills.
La NFL comparte los datos de salud de sus jugadores con una empresa externa de ciencia de datos epidemiológicos, la cual proporciona información que ayuda a la liga a comprender mejor los mecanismos de las lesiones, señaló.
No solo comparte datos de la HCE, puntualizó.
“Son datos de nuestros partidos: informes médicos de nuestros 30 proveedores médicos que están en cada encuentro. Es rastreo del equipamiento. Etiquetamos todos los cascos, tacos y hombreras que usan los jugadores. Cada jugador lleva un dispositivo de seguimiento GPS para que sepamos su velocidad, distancia, desplazamiento y las relaciones espaciales en el campo. Tenemos datos de la superficie, datos ambientales, datos de participación y tenemos video”, declaró Sills.
En su opinión, este conjunto de datos integral permite a la NFL estudiar los mecanismos de lesión con más rigor que cualquier otra liga deportiva.
Hoy en día, los esfuerzos de prevención de lesiones son bastante multifacéticos, añadió. Normalmente requieren la aportación de diversos expertos, incluyendo nutricionistas, especialistas en salud conductual, científicos del deporte, entrenadores de fuerza y acondicionamiento, personal de rendimiento y gestores de equipamiento.
Por ejemplo, el personal de equipamiento ha sido esencial en el desarrollo de programas de prevención de conmociones mediante pruebas e ingeniería de cascos, dijo Sills. La NFL ha reconstruido más de 1,500 conmociones usando video y modelos de ingeniería, mapeando más de 150 variables por cada evento. Esto ha llevado a sistemas de prueba que clasifican los modelos de casco según el riesgo de lesión.
La liga también ha lanzado campañas educativas para que los jugadores opten por cascos más seguros —y ahora el 98% de los jugadores usan exclusivamente los modelos de alta seguridad—, destacó Sills.
El fútbol americano ha sido criticado durante mucho tiempo por ser un deporte peligroso y proclive a lesiones, pero él cree que está plenamente dentro de las capacidades de la NFL hacer el juego más seguro y atractivo. Sills piensa que la interoperabilidad de los datos seguirá jugando un papel importante en esto, a medida que la liga continúe innovando en sus reglas, equipamiento y protocolos.
Foto: Bryan Allen, Getty Images