Lyse Doucet
Corresponsal jefe internacional
BBC
Durante décadas, Estados Unidos e Irán han evitado cuidadosamente cruzar una línea roja peligrosa hacia un conflicto militar directo. Uno tras otro, los presidentes estadounidenses se contuvieron de usar su poder militar contra la República Islámica por miedo a involucrar a EE.UU. en la guerra más peligrosa de Medio Oriente.
Ahora, el comandante en jefe, que prometió ser un presidente de paz, ha cruzado este Rubicón con ataques militares directos a los sitios nucleares de Teherán, la acción más importante en su segundo mandato. Es un momento sin precedentes que provoca alarma en capitales de todo el mundo.
El próximo movimiento de Irán podría ser aún más grave. Su líder supremo de 86 años, Ali Jamenei, ahora se dice que está refugiado en un búnker, ha pasado cuatro décadas jugando con cautela contra su enemigo más poderoso. Si hace poco, pierde prestigio; si hace mucho, lo pierde todo.
"Las decisiones de Jamenei no solo afectarán su supervivencia, sino también cómo será recordado", dice Sanam Vakil de Chatham House. "Su copa envenenada es más peligrosa que la que bebió Jomeini en 1988", agrega, refiriéndose al alto al fuego en la guerra Irán-Irak.
"Esta no es una guerra que Irán desea"
En los últimos diez días, los ataques israelíes han causado más daño que la guerra de ocho años con Irak. Israel ha eliminado a altos mandos de las fuerzas de seguridad iraníes y científicos nucleares. La entrada de EE.UU. aumenta la presión.
La Guardia Revolucionaria advierte de una represalia que dejará a EE.UU. "arrepentido". Pero detrás de las palabras hay intentos de evitar errores catastróficos.
"No es una guerra que Irán quiera", dice Hamidreza Aziz. "Pero los partidarios del régimen argumentan que, más allá del daño real, la imagen de Irán como potencia regional se ha sacudido y exige respuesta".
Cada opción es riesgosa. Un ataque directo a bases estadounidenses provocaría una represalia masiva. Cerrar el Estrecho de Hormuz enfurecería a aliados árabes y China. Además, las milicias proiraníes han sido debilitadas por Israel.
Hace cinco años, cuando EE.UU. mató al general Soleimani, Irán respondió con cuidado para evitar una escalada. Pero ahora la situación es más grave.
"EE.UU., no Irán, traicionó la diplomacia"
Trump, quien prefería "negociar con Irán" en vez de bombardealo, ahora apoya firmemente a Israel. Acusó a Irán de buscar la bomba nuclear, algo que las agencias de inteligencia no respaldan.
Los ataques causaron "daño severo" a las instalaciones nucleares de Natanz, Isfahán y Fordow. Solo bombas especiales pudieron penetrar Fordow, enterrado en una montaña.
Trump pide a Irán "venir a la paz", pero Teherán ve la diplomacia estadounidense como rendición. En Ginebra, el ministro Araghchi recibió un mensaje duro: EE.UU. exige que Irán detenga por completo su enriquecimiento de uranio.
Irán lo rechaza, afirmando que es su derecho soberano. Ahora considera las negociaciones de Trump, lideradas por su enviado Witkoff, como un engaño.
Israel lanzó su campaña militar dos días antes de la sexta ronda de negociaciones en Mascate. Lyse Doucet
Estados Unidos entró en la guerra dos días después de que el presidente Trump dijera que quería dar una oportunidad a la diplomacia con un plazo de dos semanas.
Ahora, dice que no volverá a la mesa de negociaciones mientras las bombas israelíes y estadounidenses sigan cayendo.
"No fue Irán, sino EE.UU. quien traicionó la diplomacia", declaró Araghchi en una rueda de prensa en Estambul. Allí, se reunió con los ministros de exteriores de la Organización de la Conferencia Islámica, que condenaron "la agresión de Israel" y expresaron su "gran preocupación por esta peligrosa escalada".
Irán también ha intentado destacar los ataques contra su territorio, que violan la Carta de la ONU, así como las advertencias de la Agencia Internacional de Energía Atómica de que las instalaciones nucleares nunca deben ser atacadas, "cualquiera que sea el contexto o las circunstancias".
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El presidente Trump será presionado por el primer ministro israelí Netanyahu, pero tambien enfrenta presión en su país.
Los líderes europeos piden una desescalada urgente y una solución para frenar el programa nuclear iraní mediante mediación, no misiles.
Sin embargo, reiteran que Irán no puede obtener una bomba nuclear. Ven el enriquecimiento de uranio al 60% por parte de Teherán, cerca del 90% necesario para armas, como una señal preocupante de sus intenciones.
"Irán probablemente minimizará el daño a sus instalaciones y insistirá en que su programa nuclear sobrevivió a estos ataques sin precedentes", afirma Ellie Geranmayeh, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
"EE.UU. podría exagerar el daño para que Trump pueda declarar victoria militar sin verse arrastrado a más ataques."
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Un cartel en Tel Aviv agradeciendo a Trump durante el conflicto con Irán.
Netanyahu empujará a Trump a seguir atacando a Irán para causar más daños, lo que provocará más represalias iraníes.
Pero el mandatario estadounidense también enfrenta críticas en casa: legisladores que dicen que actuó sin autorización del Congreso y partidarios que creen que rompió su promesa de evitar guerras largas.
Se espera que este momento haga reflexionar a los líderes iraníes sobre cómo restaurar su disuasión sin volverse blancos.
"Es una gran ironía", advierte Geranmayeh. "Aunque Trump buscó eliminar la amenaza nuclear de Irán, ahora es más probable que Irán se convierta en un estado nuclear."
Imagen principal: Un manifestante sostiene un retrato del Líder Supremo de Irán. Crédito: Reuters
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