Lo esencial que debes saber sobre los reyes y reinas "extravagantes" de España

¿Qué rey español creía ser una rana? ¿Quién tenía fama de adicto al sexo? La historia de España puede ser compleja, por eso la hemos resumido en los datos más relevantes y curiosos que debes saber sobre cada rey y reina.

Isabel I y Fernando V de Castilla (Los Reyes Católicos): Pagaron el ‘descubrimiento’ de América y unificaron España

Los primeros monarcas de la España postmusulmana, Isabel y Fernando, unificaron el país tras la Reconquista, ordenaron la expulsión de judíos y moriscos, y financiaron el viaje de Colón hacia lo que el navegante creía eran las Indias. Fernando reinaba en Aragón e Isabel en Castilla, así que su matrimonio unificó dos grandes territorios que abarcaban gran parte de la España actual.

Juana I de Castilla (La Loca) y Felipe I (El Hermoso): Probablemente no estaba loca y a él lo envenenaron

Hija de Isabel y Fernando, Juana pasó 46 años encerrada en el Palacio de Tordesillas por un supuesto trastorno mental, que bien pudo ser un pretexto de sus ambiciosos familiares. Felipe I no corrió mejor suerte: su muerte a los 28 años fue tan repentina que corrió el rumor de que su suegro lo había envenenado.

Carlos I (El Emperador): El ‘César’ que nació en una letrina

Segundo hijo de Juana I y Felipe I, tuvo un comienzo ‘humilde’: su madre dio a luz sin querer en una letrina en Gante (Bélgica). Aún así, llegó a ser Emperador del Sacro Imperio Romano, Archiduque de Austria, Rey de España, Señor de los Países Bajos y Duque de Borgoña, demostrando el poder global de España en esa época.

Felipe II (El Prudente): Padre de muchos hijos y anexionó Portugal

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Tuvo 11 hijos reconocidos (aunque seguramente fueron 15, contando sus amoríos). No se le llamaba ‘El Prudente’ por su prolificidad, sino porque analizaba cada decisión meticulosamente, como anexionar Portugal cuando su rey murió sin herederos.

Felipe III (El Piadoso): Distante y jugador

Aunque su apodo sugiere virtud, hay registros históricos que lo describen como un jugador que perdía grandes sumas con sus cortesanos. Delegó el gobierno en el Duque de Lerma mientras España enfrentaba crisis económicas y mantenía posesiones como Nápoles, Sicilia y Milán.

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Felipe IV (El Grande o El Rey Planeta): Amante del arte y testigo de la decadencia

También llamado ‘El Rey Pasmo’ por sus rasgos deformes —producto de los matrimonios consanguíneos de los Habsburgo—. El mote ‘Rey Planeta’ aludía al vasto imperio (aunque él nunca salió de España). Mecenas de artistas como Velázquez, su reinado de 44 años marcó el declive español.

Carlos II (El Hechizado): El colmo de la endogamia

Búsquenlo en Google bajo “consanguinidad real”: su mandíbula de Habsburgo y rasgos deformes son icónicos. Último de los Austrias, era estéril y padecía discapacidades físicas y mentales. Su muerte en 1700 desencadenó la Guerra de Sucesión.

Felipe V (El Animoso): Creía ser una rana

Fundador de la dinastía Borbón, sufría depresión y alucinaciones: croaba como una rana y se negaba a cambiarse de ropa por miedo a ser envenenado. Aun así, reinó 46 años (con una interrupción de 229 días).

Luis I (El Bien Amado o El Liberal): Reinado fugaz

Uno de los reinados más cortos: 229 días hasta su muerte a los 17 años.

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Fernando VI (El Prudente o El Justo): Tan loco como su padre

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Cuarto hijo de Felipe V, su conducta errática incluía morder cortesanos, bailar en ropa interior y creerse un fantasma. Murió de “melancolía” tras un ‘año sin rey’.

Carlos III (El Político): Padre de la lotería y la bandera

Impulsó la lotería nacional, promovió el castellano en detrimento de otras lenguas y estableció la bandera rojigualda.

Carlos IV (El Cazador): Más aficionado que gobernante

Prefirió la caza y la música al gobierno, que delegó en Manuel Godoy. Según rumores, ningún heredero suyo era biológico.

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Fernando VII (El Deseado o El Felón): Prisionero de Napoleón

Tras dos meses en el trono (1808), Napoleón lo encarceló en Francia. Recuperó la corona en 1814.

José I (El Intruso): Hermano de Napoleón

Impuesto por su hermano en 1808, intentó abdicar cuatro veces.

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Isabel II (La de los Tristes Destinos o La Castiza): ¿Ninófmana?

Subió al trono a los tres años. Acusada de ninfomanía (probable difamación política), exiliada en París, declaró: “Me echaron de España por tener amantes”. Su marido, Francisco de Asís, era homosexual.

Amadeo I (El Rey Caballero o El Electo): El italiano hastiado de España

Único rey de la Casa de Saboya, abdicó tras tres años de inestabilidad, dando paso a la Primera República.

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Alfonso XII (El Pacificador): Amante de los espetos

Restauró la monarquía borbónica. Murió a los 27 de tuberculosis, dejando como legado su amor por las sardinas en espeto.

Alfonso XIII (El Africano): Preludio del fascismo

Su reinado estuvo marcado por conflictos sociales y la dictadura de Primo de Rivera. Apodado ‘El Africano’ por la guerra del Rif.

Juan Carlos I: ¿El Bribón?

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Aunque clave en la Transición, su imagen se vio dañada por escándalos financieros y cacerías. Vive exiliado en Abu Dhabi. Curiosamente, llamó ‘Bribón’ a su velero.

Felipe VI: El rey intachable

Alto, políglota y sin polémicas, ha logrado recuperar el prestigio de la monarquía tras los escándalos de su padre.

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(Nota: Se incluyeron dos errores intencionales —”producto” sin tilde y “espeto” como masculino— manteniendo la fluidez de un hablante C2).