Lituania intensifica su defensa civil en medio de las tensiones de la OTAN.
Crédito : Michele Ursi, Shutterstock
Lituania está reforzando sus planes de defensa civil e instando a los residentes a prepararse para lo impensable: un posible conflicto con Rusia.
El gobierno ha confirmado que ya se han identificado más de 6.400 refugios en todo el país, espacios que podrían albergar a alrededor de 1,5 millones de personas – algo más de la mitad de la población.
Los funcionarios afirman que se trata de estar preparados, no de sembrar el pánico. Pero con el aumento de las tensiones en la frontera oriental de la OTAN y las maniobras militares que se están llevando a cabo en la vecina Bielorrusia y en el exclave ruso de Kaliningrado, el mensaje es claro: la gente debe saber adónde ir y qué hacer en caso de que ocurra lo peor.
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Sótanos convertidos en refugios
En la capital, Vilna, las autoridades municipales ya se están preparando. Se están acondicionando docenas de sótanos para convertirlos en espacios seguros, y el ayuntamiento afirma que 32 ubicaciones podrían habilitarse en un plazo de doce horas si se emitiera una alerta.
El Ministerio del Interior está financiando nuevas obras, suministrando equipamiento y formando a los residentes. El plan abarca todo, desde los procedimientos de evacuación hasta garantizar que los más vulnerables – ancianos, niños y personas con discapacidad – serían trasladados en primer lugar.
Para aquellos capaces de ayudar, el esquema también incluye fórmulas mediante las cuales se podría requerir a los ciudadanos para que presten apoyo logístico junto con los servicios de emergencia.
“Preparación, no pánico”
Los funcionarios son cuidadosos con su lenguaje. Donatas Gurevičius, del Servicio Nacional de Bomberos y Rescate, ha subrayado que la campaña se centra en una preparación rigurosa sin alarmismos.
Ese equilibrio no es sencillo. Muchos lituanos aún recuerdan el miedo y la incertidumbre durante los primeros días de la invasión rusa de Ucrania. Ahora, el gobierno trata de asegurarse de que, si alguna vez se produjera una amenaza similar contra sus propias fronteras, la población ya conocería el protocolo a seguir.
Al mismo tiempo, las cifras revelan la envergadura del desafío: más de la mitad de los municipios de Lituania aún carecen de una infraestructura de refugios adecuada. Salvar esa brecha requerirá dinero, tiempo y voluntad política.
La primera línea de la OTAN
La situación geográfica de Lituania la convierte en uno de los miembros más expuestos de la OTAN. Encajonada entre Bielorrusia y Kaliningrado, a menudo se la describe como la línea del frente de la Alianza.
La guerra en Ucrania ya ha transformado la política de seguridad en toda Europa, impulsando a los países a aumentar los presupuestos de defensa y replantearse viejos supuestos. Para Lituania, parte de eso ha significado situar a la ciudadanía en el corazón de la resiliencia nacional.
Así pues, aunque esta última campaña no es una declaración de emergencia, sí es un reconocimiento de la geografía y la realidad. Los refugios, los planes de evacuación y las sesiones de formación están diseñados para enviar una señal: Lituania no se arriesga.
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