Lindsay Sandiford regresa a su país tras 12 años en el corredor de la muerte en Indonesia.

Una abuela británica que pasó 12 años en el corredor de la muerte en Indonesia después de ser condenada por narcotráfico, regresó a su país el viernes. Esto fue parte de un acuerdo entre los gobiernos del Reino Unido e Indonesia.

Lindsay Sandiford, de 69 años, fue sentenciada a muerte en la isla de Bali en 2013. Esto pasó después de que la encontraran con casi 5 kg de cocaína valorados en 1.6 millones de libras cuando llegó en un vuelo desde Tailandia en 2012.

Indonesia tiene algunas de las leyes antidrogas más estrictas del mundo. Sin embargo, ha liberado a varios detenidos conocidos, como el famoso cartel de los “Bali Nine”, en el último año.

Sandiford fue repatriada junto con otro ciudadano británico, Shahab Shahabadi, quien cumplía una cadena perpetua por contrabando de drogas.

Su vuelo salió de Bali alrededor de las 00:30 hora local, según dijeron oficiales indonesios.

Se dijo que tanto Sandiford como Shahabadi sufrían de problemas de salud en la prisión. El mes pasado, un ministro indonesio dijo que Sandiford estaba “gravemente enferma” y que Shahabadi tenía “varias enfermedades serias, incluyendo problemas de salud mental”.

Sandiford asistió a una rueda de prensa en la prisión de Bali en silla de ruedas, horas antes de su vuelo a casa.

Ella había admitido los delitos en 2013, pero dijo que solo accedió a llevar la cocaína después de que un sindicato amenazó con matar a su hijo.

El embajador adjunto del Reino Unido en Indonesia dijo que la repatriación se hizo por “razones humanitarias”. Añadió que recibirán el tratamiento necesario y serán “gobiernados por las leyes y procedimientos del Reino Unido” al regresar.

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En diciembre de 2024, Indonesia repatrió a los cinco miembros restantes del cartel “Bali Nine”, después de que cumplieran casi 20 años en prisiones indonesias. Los dos líderes fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento en 2015.

También en diciembre, la filipina Mary Jane Veloso fue repatriada a Filipinas. La madre de dos hijos, que casi fue ejecutada, siempre mantuvo que la engañaron para llevar las drogas que encontraron con ella.