Los líderes de Gran Bretaña, Francia, Alemania y Polonia, en su primera visita conjunta a Ucrania, dijeron el sábado que Rusia enfrentaría “nuevas y masivas” sanciones en sus sectores bancario y energético si el presidente Vladimir V. Putin se negaba a aceptar un alto el fuego completo e incondicional de 30 días.
“Todos estamos desafiando a Putin”, dijo el primer ministro Keir Starmer de Gran Bretaña en una conferencia de prensa en Kiev, la capital, con los cuatro líderes y el presidente Volodymyr Zelensky de Ucrania. “Si está realmente interesado en la paz, entonces tiene la oportunidad de demostrarlo ahora.”
El Sr. Starmer dijo que el esfuerzo europeo, que pide un alto el fuego que comience el lunes, se había coordinado estrechamente con la Casa Blanca, que no tenía ningún comentario inmediato.
La administración Trump propuso el alto el fuego de 30 días durante las conversaciones esta primavera en Arabia Saudita, y Kiev lo ha aceptado. El presidente Trump ha expresado repetidamente su frustración por la falta de un acuerdo. El viernes, dijo en las redes sociales: “Si el alto el fuego no se respeta, Estados Unidos y sus socios impondrán más sanciones”.
El sábado, Keith Kellogg, el enviado especial de Estados Unidos a Ucrania y Rusia, dijo en las redes sociales que un alto el fuego integral de 30 días “iniciará el proceso para poner fin a la guerra más grande y larga en Europa desde la Segunda Guerra Mundial”.
Antes de la conferencia de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, publicó una fotografía de los cinco líderes reunidos alrededor de un teléfono. El Sr. Sybiha dijo que estaban hablando con el Sr. Trump.
“Ucrania y todos los aliados están listos para un alto el fuego completo e incondicional en tierra, aire y mar durante al menos 30 días a partir del lunes”, escribió el Sr. Sybiha en las redes sociales. “Si Rusia está de acuerdo y se asegura un monitoreo efectivo, un alto el fuego duradero y medidas de fomento de la confianza pueden allanar el camino para las negociaciones de paz.”
Antes de que los líderes europeos dieran su conferencia de prensa el sábado, Dmitri S. Peskov, portavoz del Kremlin, desestimó la amenaza de nuevas sanciones, diciendo a la emisora rusa Rossiya-1 que el país estaba “acostumbrado a tales medidas de presión y sabe cómo minimizar sus consecuencias”. Anteriormente, había dicho que Rusia seguía oponiéndose a cualquier alto el fuego a menos que las naciones occidentales dejaran de proporcionar ayuda militar a Ucrania, según la agencia de noticias rusa Tass.
La visita de los líderes europeos tuvo lugar un día después de la celebración del 80 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Rusia, durante la cual el presidente Vladimir V. Putin recibió al presidente Xi Jinping de China y a otros dignatarios extranjeros en Moscú para un desfile militar destinado a proyectar el poder de Rusia y la pretensión del Sr. Putin de remodelar el orden mundial a su manera.
Los dos eventos cristalizaron tanto los cambios en los contornos de la guerra en Ucrania como el cambio geopolítico más amplio en marcha desde que el Sr. Trump asumió el cargo. En solo unos meses, el Sr. Trump ha revertido principios fundamentales de la política exterior de Estados Unidos, y está presidiendo el debilitamiento del vínculo transatlántico que ayudó a Europa a encaminarse hacia la paz después de la cataclísmica Segunda Guerra Mundial.
En este momento, Ucrania se encuentra atrapada entre una Rusia envalentonada, respaldada por China, Corea del Norte e Irán, y una Europa que se apresura a llenar el vacío dejado por Estados Unidos.
Han pasado más de 120 días desde que Estados Unidos anunció una nueva ronda de asistencia militar a Ucrania. Aún no está claro si la administración Trump planea gastar los $3.85 mil millones restantes que el Congreso ha autorizado para retiros adicionales de los almacenes del Departamento de Defensa.
La mayor parte de la presión que Washington ha ejercido para poner fin a los combates se ha dirigido a Kiev, aunque el Sr. Trump ha mostrado recientemente destellos de frustración con Moscú.
Daniel Fried, exdiplomático de alto nivel de Estados Unidos y miembro del Atlantic Council en Washington, dijo que hay esperanzas de que las políticas estadounidenses y europeas sobre Ucrania estén convergiendo, pero aún quedan muchas pruebas.
“El momento de la verdad” llegará, dijo, si el Sr. Putin rechaza el alto el fuego de 30 días, planteando la cuestión de si Estados Unidos impone más sanciones y ofrece más ayuda militar.
Si hay un alto el fuego, dijo, la próxima prueba puede llegar si Rusia viola el alto el fuego.
“¿Cuál será entonces la respuesta de Estados Unidos?” dijo.
El Sr. Macron y el Sr. Starmer, acompañados por el nuevo canciller alemán, Friedrich Merz, y el primer ministro polaco, Donald Tusk, comenzaron su visita a Kiev con un solemne homenaje a los miles de soldados ucranianos muertos en combate, depositando flores en un memorial improvisado en la capital.
Los líderes europeos dijeron que discutirían formas de fortalecer el ejército ucraniano para garantizar que cualquier futuro acuerdo de paz resulte duradero a través de lo que han estado llamando una “coalición de voluntades”.
Pero las próximas semanas pondrán a prueba si la determinación y los recursos europeos pueden igualar la escala del desafío, ya que el resultado de la guerra se convierte cada vez más en un problema de Europa para resolver.
Ucrania está corriendo para construir su producción de armas doméstica y sus aliados europeos han aumentado su asistencia militar. Incluso si Rusia acepta un alto el fuego, Ucrania y sus aliados creen que la única forma de garantizar una paz duradera es a través de la fuerza militar.