En la calle, era conocido simplemente como el Padre Andre.
Andre Poilievre, quien dedicó su carrera a trabajar con jóvenes en riesgo y miembros de pandillas, falleció esta semana, según confirmó su familia. Tenía 88 años.
Poilievre no parecía un sacerdote: prefería gorras, suéteres y chaquetas en vez de sotanas y cuellos clericales. Conducía una camioneta y casi siempre se le veía pasando por el drive-thru de Tim Hortons con algún adolescente rumbo a una cita.
Para quienes lo conocieron, su fe se definía por la acción.
"El Padre Andre era la verdadera definición de un luchador", dijo Don Meikle, director ejecutivo de EGADZ. "No tenía miedo de enfrentar al sistema… Mucha gente teme ir contra la policía o el sistema. A él no le importaba."
De Prud’homme a la prisión
Andre Poilievre nació en Prud’homme, un pueblo pequeño al este de Saskatoon, el 12 de agosto de 1936. En 2023, la Universidad de Saskatchewan le otorgó un Doctorado Honoris Causa en Leyes. Durante la ceremonia, se leyó una biografía:
"Fue ordenado sacerdote católico. Mientras seguía estudiando, viajó a más de 25 países para aprender de grupos que ayudan a comunidades marginadas. En Saskatoon, trabajó directamente con jóvenes en riesgo y pandilleros como sacerdote, capellán y profesor. Su experiencia como capellán en el Centro Correccional de Saskatoon inspiró su labor."
"En 2002, dos jóvenes buscaron su ayuda para salir de la vida pandillera. Juntos, fundaron STR8 UP, un programa que ofrece consejería, educación y apoyo a personas que han llevado una vida criminal."
La senadora Tracy Muggli asistió a esa ceremonia y recuerda que Poilievre dijo que se sentía más cómodo hablando con reos que en un evento formal.
"Se escuchaba un alfiler al caer cuando hablaba, porque hablaba como un verdadero siervo", dijo. "Eso era él: un siervo de Dios."
Muggli lo conoció cuando era directora de servicios de salud mental y adicciones en Saskatchewan. Recuerda su compasión por quienes intentaban dejar las pandillas.
"Es increíble que un hombre con tanto amor por la humanidad creara una organización para ayudar a tanta gente."
STR8 UP
Stan Tu’Inukafe cofundó STR8 UP con Poilievre. Se conocieron hace veinte años, cuando Tu’Inukafe trabajaba con la Sociedad John Howard y escuchó de un sacerdote que ayudaba a pandilleros.
Quedaron para un café y descubrieron que compartían la misma misión.
"Mi primera impresión fue que era como mi abuelo", dijo Tu’Inukafe. "Alguien que te escuchaba sin juzgarte, que se preocupaba por ti y quería lo mejor para ti."
Tu’Inukafe afirma que el legado de Poilievre en STR8 UP fue dar voz a quienes la habían perdido.
"Los humanizaba."
Robert Henry, profesor de estudios indígenas en la Universidad de Saskatchewan, estudia temas de justicia, incluyendo pandillas.
Al principio, Poilievre desconfiaba de él —"dijo que no confiaba en los investigadores"—, pero con el tiempo construyeron una relación.
Según Henry, Poilievre se enfocaba en crear vínculos, especialmente con jóvenes atrapados en la vida callejera.
"Marcaba a muchos, aunque recayeran. Nunca los abandonaba", dijo. "Siempre les daba ese amor y esperanza incansables."
(Foto: David Shield/CBC)