La temporada de playa en Benalmádena concluyó con un balance muy positivo, culminando con una ceremonia conmemorativa en la playa de Malapesquera donde el alcalde celebró un “informe excelente”.
Bajo un telón de fondo de olas azules y arenas bañadas por el sol, se destacó un éxito crucial: 165 rescates acuáticos y, de manera notable, cero víctimas mortales. Este logro contrasta marcadamente con el lúgubre balance costero de España. En 2024, la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo (RFESS) reportó 471 ahogamientos a nivel nacional, un incremento del 11.6 por ciento sobre los 422 de 2023, el segundo año con mayor mortalidad desde los 481 de 2017.
Las costas se cobraron 244 vidas, impulsado por las olas de calor y las corrientes de resaca, con los meses de verano registrando 269 decesos.
Los datos preliminares de 2025 son incluso más alarmantes: 408 fallecimientos hasta septiembre, proyectando un total que podría alcanzar los 500 para final de año, superando así a 2024.
Andalucía lideró esta triste estadística en 2024 con 72 muertes, seguida por Galicia (64), la Comunidad Valenciana y las Islas Canarias (63 cada una), y Cataluña (48).
Solamente en las playas catalanas se han producido 16 ahogamientos desde junio de 2025, incluyendo casos trágicos como el de dos hermanos británicos de 11 y 13 años frente a la playa Llarga en Salou. En las Canarias, 72 personas perdieron la vida en 2024, superando en un 85 por ciento a las muertes por accidente de tráfico.
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A nivel local, el pasado de Benalmádena sirve como advertencia. Durante los últimos cinco años, este resort de la Costa del Sol promedió entre 1 y 2 ahogamientos anuales: dos en 2023 (un turista británico en La Carihuela y un bañista en Torrequebrada), tres en 2021 (incluyendo a un padre de familia en Santa Ana). Estos incidentes, si bien son raros considerando los millones de visitantes, subrayan los riesgos del mar; no obstante, el récord de cero fatalidades en 2025 señala un progreso significativo.
El mérito recae en un equipo de socorristas de 45 efectivos, equipados con tres motos de agua, una ambulancia con tripulación y un quad para acceder a las calas más inaccesibles. Sus esfuerzos, coordinados con bomberos, Protección Civil, la Policía Local y los servicios de playa, lograron prevenir desgracias.
Diversas mejoras han reforzado la seguridad: 1.600 metros de nuevas pasarelas, señalización multilingüe y una ampliación de las zonas accesibles que ha beneficiado a 6.500 usuarios, con nuevas áreas en Carvajal y Fuente de la Salud, además de una renovación del 30 por ciento en Malapesquera.
La concejala Presi Aguilera ya vislumbra innovaciones para 2026: pérgolas con sistema de nebulización de agua, una megafonía pública y puntos de emergencia con desfibriladores. Con una ocupación del 95 por ciento en agosto que solo decayó al 94.37 por ciento en septiembre, Benalmádena se consolida como el refugio familiar más seguro de España. En una nación donde el mar se cobra cientos de vidas cada año, esta localidad es la prueba de que la vigilancia salva vidas.
