Las jugadoras indias que hicieron historia en la Copa Mundial Femenina de Cricket

Annesha Ghosh – Periodista Deportiva

Alex Davidson-ICC/ICC via Getty Images

Después de la muerte de su padre, la madre de Renuka Singh Thakur trabajó para apoyar sus sueños.

Hace poco, la selección femenina de cricket de India hizo historia al ganar su primer título mundial, casi 50 años después de que el equipo jugara su primer partido internacional.

Las mujeres lucharon con fuerza por su victoria; después de una mala racha de tres derrotas en la fase de grupos, superaron desafíos externos e internos para vencer a la entonces invicta Australia en las semifinales y a una resistencia selección de Sudáfrica en la final.

La determinación y el coraje que mostraron en el campo se reflejan en sus vidas fuera de él.

Muchas de las jugadoras vienen de pueblos pequeños de la India y tuvieron comienzos muy humildes. Vienen de familias que tuvieron que sacrifcar mucho para apoyar sus sueños y que creyeron en ellas cuando nadie más lo hacía.

Estas son mujeres cuyas carreras se construyeron jugando al cricket en callejones de pueblo, con bates de segunda mano y pelotas sin costura, mientras muchas personas dudaban de su ambición por su género. Su legado se forjó porque siguieron adelante cuando hubiera sido más fácil parar.

Harmanpreet Kaur: Liderando con sus orígenes

Después de conseguir la victoria histórica, la capitana Harmanpreet Kaur corrió hacia su padre, Harmandar Singh Bhullar, en cuanto lo vio. Saltó sobre él, envolviéndolo con sus brazos y piernas mientras él la sostenía. Una capitana -y una hija- celebraba.

Nacida el 8 de marzo de 1989 en el pueblo de Moga -conocido durante mucho tiempo como la capital de las drogas del estado norteño de Punjab- Harmanpreet creció en una familia que mantenía sus ambiciones simples y su disciplina firme.

Su padre, un cricketero de club y oficinista en el juzgado del distrito, vendía leche de las cuatro búfalas de la familia para mantener el hogar. El equipo de cricket a menudo era inalcanzable.

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Su primer entrenador, Yadwinder Singh Sodhi, una vez recordó cómo ella entrenaba con bates viejos y pelotas sin costura porque era lo que había disponible.

El Sr. Bhullar ignoraba el estribillo del vecindario de “¿qué vas a lograr dejando a tu hija jugar cricket?”. No discutía con los que le llevaban la contra. Simplemente dejaba jugar a su hija -la mayor de tres hermanos-.

Desde aquellos campos abiertos en Moga hasta el momento en que levantó el trofeo de la Copa del Mundo en el estadio DY Patil de Mumbai, los valores no cambiaron para los Bhullar: trabajar duro, mantener los pies en la tierra, seguir adelante.

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La capitana de India, Harmanpreet Kaur (C), posa con su familia después de ganar la Copa del Mundo.

Amanjot Kaur: Serenidad bajo presión

La historia de la jugadora de pace-bowling Amanjot Kaur comienza en el taller de carpintería de su padre, Bhupinder Singh, en Punjab. Cuando el equipo de cricket no era asequible, él mismo hizo su primer bate, tallándolo de madera sobrante.

Los vecinos se preguntaban por qué animaba a una chica a jugar. Él siguió trabajando. Ella siguió jugando.

En la final de la Copa del Mundo, su influencia llegó en momentos claves. En el décimo over, con Sudáfrica afianzándose, corrió hacia fuera para eliminar a la peligrosa bateadora abridora Tazmin Brits con una recogida y lanzamiento limpios. Más tarde, con la capitana rival Laura Wolvaardt pasados los cien carreras y la persecución aún viva, Kaur se serenó bajo una pelota giratoria en el campo profundo. La controló dos veces y la agarró. El estadio estalló en vítores con esa atrapada.

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Las raíces de esa serenidad son profundas. En su debut con India en enero de 2023 en Sudáfrica, hizo 41 carreras sin ser eliminada, jugando en la posición número siete, para levantar a India de 69 por 5. Después de ese partido, en una rueda de prensa a la que asistí virtualmente sin otros periodistas presentes, habló en voz baja sobre los años de sacrificio de su padre. No adornó nada. Reconoció lo que había hecho posible su cricket.

Su captura en la final se repetirá en las repeticiones. Las manos que tallaron su primer bate también son parte de ese momento.

Alex Davidson-ICC/ICC via Getty Images

El padre de Amanjot Kaur, carpintero, hizo su primer bate él mismo.

Radha Yadav: Del puesto callejero al podio

El viaje de la lanzadora de spin-bowling Radha Yadav se mide en unos pocos pasos a lo largo de una calle en Kandivali, un suburbio de la ciudad occidental de Mumbai. Después de conseguir su primer contrato con la BCCI a los 19 años, hace seis años, compró a su familia una pequeña tienda de comestibles llamada “Radha Mini General Store”. Está a solo unos pasos del puesto callejero donde su padre, Omprakash Yadav, vendió leche y verduras durante años.

La casa encima de la tienda medía unos 21 metros cuadrados. El espacio era limitado; la ambición, no. Su hermana mayor, Sonee, que también jugaba al cricket, dejó el deporte para que Radha pudiera seguir jugando. La familia apostó por un sueño y se mantuvo en él.

Pasó de jugar cricket con pelota de tenis en callejones estrechos al escenario más alto del deporte porque la animaron a no parar.

La mañana después de la victoria de India en la Copa del Mundo, una fotografía se hizo viral: Omprakash, sonriendo ampliamente, caminando junto al entrenador jefe Amol Muzumdar durante la vuelta de honor del equipo en el estadio, con la Copa del Mundo en alto, en su cabeza.

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Una imagen contenía lo que los años habían traído: calle, tienda, familia, creencia.

Annesha Ghosh

La familia de Radha Yadav, incluido su padre Omprakash (primero desde la derecha), frente a la tienda que abrió con sus ganancias.

Renuka Singh Thakur: Control silencioso

La lanzadora rápida Renuka Singh Thakur perdió a su padre, Kehar Singh Thakur, en 1999, cuando ella tenía tres años. Su madre, Sunita, consiguió un trabajo en el gobierno para mantener a la familia. Sus ingresos eran modestos, pero su apoyo hacia los sueños de su hija no flaqueó.

Thakur primero jugó al cricket en los callejones de su pueblo y luego se mudó a la academia residencial de la Asociación de Cricket de Himachal Pradesh en Dharamshala, una de las primeras instalaciones residenciales para mujeres cricketeras en el país.

La distancia de su hogar y las exigencias del entrenamiento fueron difíciles. Hubo momentos en los que continuar parecía incierto. Los entrenadores que trabajaron con ella le recordaban los sacrificios que su madre había hecho para que jugar al cricket fuera posible.

Esa conciencia la mantuvo en el juego.

En esta Copa del Mundo, lideró el ataque con la nueva pelota de India, superando una larga ausencia forzada por una lesión. En la final, lanzó ocho overs por 28 carreras. Sin despilfarro, sin excesos, sin pérdida de disciplina. Una actuación que definió el partido sin buscar atención.

Un hechizo construido sobre paciencia, contención y memoria.

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