El mercado inmobilario de lujo en Mallorca continúa en pleno auge. Millonarios internacionales y magnates de los negocios se sienten cada vez más atraídos por sus fincas históricas y propiedades tradicionales, transformándolas en residencias exclusivas o en empreas de hostelería de alta gama.
El empresario estadounidense Drew Aaron acaparó titulares recientemente al elegir la icónica finca de s’Atalaya en Valldemossa como residencia familiar, uniéndose así a una distinguida lista de propietarios extranjeros. Esta tendencia fue iniciada por el actor Michael Douglas, quien adquirió la legendaria propiedad de s’Estaca en 1990, manteniendo fuertes vínculos con la isla donde pasa regularmente sus veranos.
El fundador de Virgin Group, Richard Branson, también ha dejado su huella en el panorama de las propiedades de lujo mallorquinas. En 1987, compró La Residencia en Deya, transformándola en un hotel boutique antes de venderla en 2002. Branson adquirió posteriormente la finca Son Bunyola en Banyalbufar, que ahora funciona como un hotel de alta gama extendiéndose sobre 520 hectáreas de campo mediterráneo.
La Fortaleza en Pollensa ejemplifica el segmento premium del mercado inmobiliario mallorquín. Actualmente propiedad del magnate inmobiliario noruego Ivar Tollefsen, quien la adquirió en 2022, la fortaleza se ha convertido en un lugar exclusivo para bodas de lujo y eventos privados, como la boda de Rafa Nadal con Mery Perelló.
Los hermanos Reuben, inversores inmobiliarios británicos, han acumulado discretamente importantes posesiones en la isla, incluyendo la finca de 270 hectáreas Coves Blanques en Pollensa y Ses Basses en Andratx. Fuentes del sector sugieren que han adquirido más de 1.000 hectáreas, centrándose principalmente en propiedades costeras con potencial de conservación.
Otras propiedades notables incluyen Gabellí Petit, propiedad de un entusiasta irlandés del ciclismo, y Can Axartell, perteneciente a la familia del empresario alemán de cosmética Hans-Peter Schwarzkopf. El exembajador estadounidense James Costos y su pareja Michael S. Smith han establecido su segunda residencia en Llubí, mientras que la familia Schumacher mantiene dos propiedades cerca de Puerto Andratx.
