El martes, las fuerzas del orden brindaron apoyo a los trabajadores municipales de Palma que participaban en una de las operaciones periódicas de demolición de estructuras ilegales en el asentamiento chabolista de Son Banya.
Los objetivos principales eran las chabolas utilizadas para la venta de drogas. No obstante, como resultado de la intervención, el vivero municipal del Ayuntamiento de Palma se ha hecho con 280 palmeras Washingtonia, valoradas en aproximadamente cien euros cada una, y cuatro olivos cuyo valor conjunto ronda los diez mil euros.
Durante la demolición de seis chabolas, también se descubrieron numerosas macetas, parte de un plan para dotar a Son Banya de un ambiente menos hostil. Los clanes narcotraficantes habían decidido crear una especie de jardín paisajístico en la zona donde se comercia con estupefacientes.
Fuentes policiales de Palma señalan que la última generación de líderes de estos clanes cree que puede hacer lo que le plazca en lo que comúnmente se conoce como el ‘supermercado de la droga’ de Mallorca. “Quieren que la gente acuda ahí sin temor, de día y de noche, y erradicar la imagen del poblado repleto de basura, coches calcinados y ratas.
“Estas son ahora sus tácticas de mercadotecnia. Anteriormente, había banderas españolas y luces de neón. Luego, colocaron logos de los principales equipos de fútbol en un intento de complacer a todos”. Cuando el consistorio retiró todo aquello, se les ocurrió la idea de crear un gran jardín.
La operación, que había comenzado a primeras horas de la mañana, no concluyó hasta la caída de la tarde. Para entonces, según una fuente municipal, los traficantes comenzaron a impacientarse y a insultar a los operarios. “Estaban perdiendo dinero, y eso no lo perdonan”.