Rumania está a punto de volver a celebrar unas elecciones presidenciales de alto riesgo, alimentadas por una crisis política que ha envuelto al país durante los últimos cinco meses. A finales de noviembre, el ultranacionalista Calin Georgescu envió ondas de choque a la UE al ganar la primera ronda de la votación. Pero el Tribunal Constitucional anuló el resultado en diciembre, debido a acusaciones de violaciones electorales y manipulación a través de las redes sociales. De hecho, el papel desempeñado por TikTok ha sido sometido a un escrutinio intenso, con la Comisión Europea diciendo ahora que tiene motivos para sospechar que la plataforma incumplió sus obligaciones bajo la Ley de Servicios Digitales de la UE.
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