La atención en salud conductual permanece estancada en su evolución, dejando a innumerables pacientes luchar sin ayuda. Especialidades como la cardiología, la ortopedia o la endocrinología han adoptado la tecnología emergente, y las personas viven vidas más largas y activas gracias a ello. En comparación, la salud mental parece anclada en el pasado, mostrando una excesiva dependencia de las mismas herramientas de hace décadas: la terapia y la medicación.
Las opciones estándar de tratamiento son eficaces, pero no abordan los verdaderos obstáculos presentes para muchos pacientes que las necesitan, y para muchos no son la solución adecuada. Una razón de este estancamiento se atribuye a la falta de apoyo (en términos de reembolso) por parte de los planes de salud hacia las nuevas herramientas desarrolladas. La buena noticia es que el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha apoyado abiertamente el establecimiento de nuevas vías de pago, lo que debería incrementar la utilización de estos tratamientos novedosos.
Los resultados son prometedores para la nueva categoría de dispositivos con autorización de la FDA. Fundamentados en investigación clínica, estos dispositivos abarcan desde terapias digitales para la ansiedad, el TEPT y la depresión, hasta wearables de biorretroalimentación que ayudan a los pacientes a regular el sueño y el estrés. Esta nueva tecnología demuestra mejoras medibles en los resultados clínicos y en la implicación del paciente. No son meros artilugios, sino herramientas clínicamente validadas que ofrecen resultados medibles a nivel clínico, económico y de satisfacción del paciente. Muchos de estos tratamientos han demostrado alivio de los síntomas tanto a corto como a largo plazo.
En el ámbito de la salud mental, las terapias digitales han demostrado resultados clínicos comparables a las terapias tradicionales, y en muchos casos, una mejor adherencia debido a la comodidad del uso domiciliario y su facilidad de empleo. Afortunadamente, existen pagadores innovadores que están adoptando estas tecnologías, pero podrían impactarse positivamente muchísimas más vidas. Desafortunadamente, no son suficientes los planes de salud que priorizan enfoques novedosos para abordar este problema de rápido crecimiento, lo que limita el acceso a nuevos tratamientos y retrasa la inevitable adopción de estas opciones a costa del bienestar actual de las personas.
Los modelos actuales de tratamiento conductual cubiertos por los planes de salud se limitan a la terapia conversacional y la medicación. Estos enfoques son esenciales dentro del abanico de tratamientos que ofrecen los proveedores, pero para muchos no abordan completamente las necesidades de los pacientes actuales, que con demasiada frecuencia reciben un enfoque único para sus problemas específicos de salud conductual.
Los nuevos tratamientos de salud mental basados en tecnología nunca reemplazarán las intervenciones tradicionales. Más bien, estas nuevas tecnologías pueden proporcionar un plan de tratamiento más robusto para el paciente y mejorar su atención a través de un apoyo continuo fuera de la consulta. Una ventaja clave de este nuevo enfoque es empoderar a los pacientes y guiarles para que participen activamente en su propio cuidado.
Cabe destacar que los dispositivos no suponen una amenaza para los proveedores tradicionales. Los dispositivos funcionan mejor cuando se integran en un plan de atención más amplio. Los clínicos pueden recibir nuevos datos que mejorarán la adherencia al tratamiento, a la vez que proporcionan a los pacientes herramientas de apoyo diario. Además, la incorporación de estos dispositivos extenderá la atención proporcionada por el clínico al hogar del paciente, creando en última instancia una mayor fidelización al tratamiento. Hemos observado una mejora en la percepción que el paciente tiene de su plan de salud, así como un mejor compromiso con su proveedor en lo que respecta a su propia salud mental.
Las políticas de cobertura de seguros obsoletas son una barrera principal para una mayor adopción de los dispositivos de salud conductual. Resulta notable que un monitor cardíaco pueda estar cubierto sin discusión, pero no lo esté un dispositivo que aborda patrones respiratorios anormales demostradamente vinculados a distrés fisiológico. La efectividad de estos dispositivos no debería seguir en debate. La mayoría de los dispositivos en esta categoría adoptan un enfoque de atención basado en la medición. Los datos muestran que funcionan y que los resultados son excepcionales. La implicación y satisfacción del paciente superan las expectativas, sin embargo, falta cobertura aseguradora. Esta nueva (y muy necesaria) era de la salud mental solo puede impulsarse con la aceptación de los planes de salud. La cuestión clave es si estos planes ampliarán la cobertura para que más pacientes puedan acceder a estos nuevos tratamientos.
Las vías de atención disponibles disuaden a las personas de buscar ayuda. En la actualidad, un 60% de las personas que sufren trastornos de ansiedad no buscan ayuda profesional. Un movimiento innovador para los planes de salud sería reconocer los dispositivos de salud mental como herramientas clínicas legítimas, del mismo modo que han adoptado tecnología emergente en otras categorías. La necesidad de paridad en términos de reembolsarlos adecuadamente proporcionaría un apoyo avanzado a los miembros. Este paso permitiría integrar estos tratamientos útiles en el modelo estándar de atención. Para pacientes que esperan meses para acceder a un tratamiento de salud conductual, estos dispositivos podrían marcar la diferencia entre una visita a urgencias y la autorregulación, entre la resiliencia personal y la crisis personal.
Foto: Professor25, Getty Images
Joseph Perekupka es el Director Ejecutivo de Freespira, la única empresa que ofrece un tratamiento terapéutico digital autorizado por la FDA, sin medicación, probado para reducir o eliminar los síntomas del trastorno de pánico, los ataques de pánico y el TEPT en 28 días. Joe es un líder experimentado en el sector sanitario con más de 25 años de experiencia comercial en múltiples roles de liderazgo y funciones en el ámbito de dispositivos médicos y salud digital. Participa activamente en organizaciones como la Digital Therapeutics Alliance y sociedades de DTx, donde mantiene roles de copresidente centrados en impulsar el crecimiento de la industria de las terapias digitales, y le apasiona crear un acceso equitativo a la atención para pacientes de salud mental en todo el país.
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