Al menos 1.037 migrantes han desaparecido, presuntamente fallecidos, al intentar cruzar la denominada ruta argelina por mar en 2025, un año en el que las Baleares se han convertido en un ‘laboratorio de la necrofrontera’. Esta es una de las conclusiones del informe anual “Monitorización del Derecho a la Vida”, elaborado por la organización Caminando Fronteras y publicado el lunes.
La ruta argelina, que conecta el norte de Argelia con la costa oriental peninsular y las Baleares, ha mantenido su actividad a lo largo del año y se ha consolidado como el paso migratorio más transitado hacia España, superando a la ruta atlántica hacia Canarias y a las procedentes del norte de Marruecos.
Además, según la ONG, se ha confirmado la tendencia hacia el tramo ‘más peligroso’ de la ruta, el que se dirige a las Baleares, especialmente a Ibiza y Formentera. Tal es así que la organización ha detectado pequeñas embarcaciones que parten desde puntos del este de Argelia y que, aunque tradicionalmente se dirigían al Mediterráneo central, han modificado su rumbo para intentar alcanzar las Pitiusas.
El observatorio de derechos humanos Caminando Fronteras ha documentado 1.037 víctimas en 121 tragedias marítimas, de las cuales 47 corresponden a embarcaciones desaparecidas por completo. El incremento de víctimas ha sido particularmente significativo en enero (136), octubre (144) y noviembre (168). Los meses menos mortíferos fueron julio (44), mayo (45) y diciembre (54).
Al analizar cada una de estas tragedias, la organización ha determinado que las Baleares siguen siendo una de las regiones con ‘mayor opacidad’ en relación con la búsqueda de desaparecidos en el mar. Según el informe, en las islas persisten las ‘búsquedas pasivas’ y las ‘operaciones limitadas a zonas próximas al territorio’, agravado por una ‘escasa cooperación entre los países que comparten la protección de las zonas SAR’, es decir, aquellos responsables de cordinar las operaciones de rescate de personas en peligro en el mar.
La ‘demora’ en activar los servicios de búsqueda y rescate ‘sigue siendo considerable’, a lo que se suma el empleo de ‘métodos de búsqueda pasivos’ cuando serían necesarias ‘operaciones proactivas’. Un ejemplo de la necesidad de abordar esta situación en los protocolos de salvamento es el elevado número de cadáveres que han aparecido en las playas baleares a lo largo de 2025 –más de cincuenta–, lo cual, según la organización, evidencia que muchos de ellos habían fallecido por ahogamiento ‘poco antes de aparecer en la costa’.
‘Las autoridades deben preguntarse si estos naufragios podrían haberse evitado y abrir una investigación que garantice una protección efectiva del derecho a la vida en el mar. Lamentablemente, esto no está ocurriendo’, subraya el informe.
El resultado, según Caminando Fronteras, son ‘cementerios llenos de tumbas sin identificar, personas enterradas sin identidad, sin ceremonias de despedida, sin respeto por sus tradiciones religiosas y, lo más grave, sin que sus familias sepan que ese ha sido su final’. Uno de los lugares donde se da esta situación es el cementerio de Formentera, lo que ha llevado a su sepulturero a escribir la fecha de hallazgo del cuerpo en cada una de estas tumbas ‘como un acto de recuerdo para las víctimas y una forma de ayudar a las familias’.