El viernes, Global Fashion Collective (GFC) regresó a The Glasshouse con otra serie de desfiles, esta vez destacando a diseñadores que difuminan las líneas entre el arte, la cultura juvenil y la *alta costura. Las colecciones se inclinaron fuertemente hacia la fantasía y la identidad, con pasarelas que se sintieron como historias inmersivas tanto como exhibiciones de moda. Desde referencias juguetonas a la infancia hasta la abstracción cubista, el día destacó cómo la imaginación y la individualidad continúan impulsando la presencia de GFC en la Semana de la Moda de Nueva York.
PRIMER DESFILE — Wenny Han
Wenny Han, una joven diseñadora con raíces en China y América del Norte, presentó un solitario desfile para Global Fashion Collective el viernes que fusionó el arte con la moda. Su última colección se inspiró en la abstracción cubista, con siluetas fragmentadas, capas de organza transparente y contrastes arquitectónicos. Conocida por traducir temas de memoria e identidad en formas usables, el trabajo de Han equilibra la delicadeza con una visión artística audaz.
SEGUNDO DESFILE — Alex S. Yu / Ruikodou / NOLO / Eduardo Ramos
Alex S. Yu
Alex S. Yu, originario de Taipei, Taiwán, y avecindado parcialmente en Vancouver, Canadá, crea armarios extensos aunque juguetones para los jóvenes y los jóvenes de corazón. En su línea para niños y preadolescentes, el desfile de ayer ofreció looks con muchos cuadros y tul, zapatillas de tenis con brillo discreto y toques de estilo holográfico/cromático. La línea adulta continuó con su ADN juvenil pero lo hizo más editorial: mezclas de patrones geométricos, volantes, *mommentos de color audaces con una paleta dominante de azules y verdes. Se sintió como ropa infantil cotidiana encontrándose con una pasarela de fantasía.
Ruikodou
Desde Japón, Ruikodou presentó piezas profundamente conceptuales: prendas multidimensionales que se abren o cambian, trajes y semi-trajes que hacen referencia a la gracia de las bailarinas, la parafernalia navideña, animales como mariquitas y peces, e incluso objetos como casas encantadas y coches de carreras. La colección se sintió como caminar a través de un escenario de teatro imaginativo, donde la ropa modifica el carácter, el movimiento y la narrativa.
NOLO
NOLO, con raíces en México, presentó moda para niños y adolescentes que se inclina hacia lo vanguardista y experimental. La colección mezcló el estilo callejero con inspiraciones psicodélicas: formas audaces, asimetrías, materiales texturizados incluyendo tejidos parecidos a cuerdas o hierba, contrastados con sintéticos más suaves y colores juguetones. Algunas piezas parecían declaraciones de modelo fuera de servicio, otras más surrealistas. El efecto general fue el de empujar los límites de lo que la moda juvenil puede ser.
Eduardo Ramos
Eduardo Ramos es un diseñador mexicano-canadiense cuyo trabajo en la pasarela a menudo fusiona un corte preciso con la opulencia decorativa. En esta última colección, sus piezas incluyeron máscaras faciales de encaje con lentejuelas o joyas, cuellos impecables, tops etéreos combinados con bottoms más terrenales. Las modelos se movieron con una delicada y aniñada elegancia, dando al espectáculo una sensación de elegancia meeting artistry, estructura meeting ornamento.
En conjunto, estos desfiles bajo la etiqueta de Global Fashion Collective dejaron claro: la moda es cada vez más sobre visión, no solo producto. Los diseñadores están construyendo mundos: la identidad, la fantasía, la juventud y la textura son todos elementos importantes. Y debido a que GFC está colocando estas voces en las principales pasarelas, los mensajes no susurran en los márgenes, sino que están en el centro del escenario.
