Cuando el supertrasatlántico de Cunard, el Queen Victoria, visite el puerto de Palma este sábado, pondrá el punto final a la gran temporada de cruceros británica, la cual parece haber concluido más temprano de lo habitual.
La mayoría de los grandes trasatlánticos británicos recalaron en Palma este verano, incluido el gigante de P&O, el Arvia, que se espera realice su última visita a la isla esta misma semana.
El Arvia es conocido como el “Barco del Sol” y está diseñado para climas cálidos, contando con una cúpula cenital de techo retráctil, un circuito de cuerdas altas, un campo de minigolf, la primera destilería de ron en el mar y nuevos locales gastronómicos. Tiene capacidad para hasta 5.200 pasajeros y 1.800 tripulantes, ofreciendo una amplia gama de bares, restaurantes y opciones de entretenimiento. Es el mayor crucero de bandera británica.
El Queen Victoria, con una eslora de 964 pies, ofrece itinerarios por todo el mundo. Los pasajeros pueden disfrutar de numerosas comodidades, como teatro, biblioteca, spa y múltiples alternativas gastronómicas, todo ello dentro de un entorno sofisticado de temática británica que exige un código de vestimenta para los eventos nocturnos.
El gobierno balear limita de manera controvertida el número de cruceros que pueden visitar el puerto de Palma, con un máximo de tres por día. Esta medida ha dividido la opinión pública y ha llevado a la comunidad empresarial palmesana a quejarse de una merma en el comercio.
En años anteriores, los grandes trasatlánticos británicos seguían atracando en Mallorca bien entrado el mes de septiembre, pero este año no parece que vaya a ser el caso.
