La transición hacia el almacenamiento en baterías bien podría definir el futuro de la energía de autoconsumo.
Crédito: SolarNRG
En 2022, Iberdrola ofrecía una tasa de compensación competitiva de 0,10 €/kWh por el excedente de energía generada mediante paneles solares. Esta tarifa fue muy bien recibida por muchos consumidores que adoptaban el “autoconsumo” y buscaban rentabilizar al máximo sus inversiones en energías renovables. Sin embargo, con el paso de los años, esta tasa ha ido descendiendo hasta los 0,08 €/kWh en 2024 y, más recientemente, a 0,06 €/kWh en octubre de 2025. Los clientes con un contrato antiguo también se enfrentarán pronto a este cambio.
Esta bajada en la compensación no solo está ocurriendo en Iberdrola, sino en muchos otros proveedores como Octopus Energy, Fenie Energía, Repsol, HolaLuz, Naturgy, etcétera.
Por qué las baterías están resurgiendo
Al disminuir el incentivo económico por verter el excedente a la red, muchos propietarios de viviendas están volviendo a optar por soluciones de baterías físicas. He aquí algunas razones clave:
- Precios más bajos de las baterías: Uno de los motivos más significativos del incremento del interés por las soluciones de almacenamiento energético es la evolución de los precios de las baterías. En comparación con 2022, su coste es ahora muy inferior, lo que las hace más accesibles para el consumidor medio.
- Autonomía energética: Los propietarios se inclinan ahora por la autosuficiencia, donde almacenar energía para el consumo propio resulta más beneficioso que depender de la compensación externa del comercializador. Con un almacenamiento suficiente, los hogares pueden guardar la energía generada durante las horas de máxima insolación —que normalmente inyectarían a la red por una compensación mínima— y utilizarla por la noche. Esto implica que no tendrían que volver a comprar energía a un precio nocturno superior a dicha compensación.
- Gestión inteligente de la energía: Con la integración de la tecnología del hogar inteligente, muchos propietarios están ahora mejor equipados para gestionar su consumo energético. Las baterías no solo almacenan energía, sino que también permiten a los usuarios optimizar cuándo y cómo consumen electricidad. Este enfoque puede traducirse en ahorros significativos en las facturas, al garantizar que se utilice la energía almacenada durante los periodos de tarifas más elevadas.
- Impacto medioambiental: Existe también una creciente concienciación en torno a las cuestiones medioambientales. Al maximizar el consumo energético personal y reducir la dependencia de la red, los consumidores adoptan un papel más proactivo en la disminución de su huella de carbono.
Conclusión
A medida que las tasas de compensación por la energía vertida a la red continúan su tendencia a la baja, son más los propietarios que perciben las ventajas de invertir en almacenamiento mediante baterías físicas. Con la caída de los precios de las baterías (en comparación con 2022) y el deseo de una mayor independencia energética, el mercado está experimentando una transformación.
La transición hacia el almacenamiento en baterías bien podría definir el futuro de la energía de autoconsumo, ofreciendo tanto sostenibilidad como ahorro en un mercado energético competitivo. A medida que avanzamos, será fascinante observar cómo estos cambios moldearán nuestros sistemas energéticos y los hábitos de los consumidores.
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