La promesa de un padre: Romper el ciclo del trauma y la adicción por mi hijo

Cuando nació mi hijo, me hice una promesa a mí mismo y a él: el ciclo del trauma y la adicción se detiene aquí.

Aquel entonces llevaba 12 años sobrio. El camino que me llevó hasta ahí estuvo lleno de abuso, vergüenza, negligencia y consumo imprudente de sustancias.

Pero aunque mi historia fue desgarradora, sabía que la suya —la de mi hijo— sería diferente, y que jamás sufriría por falta de amor o apoyo parental como yo lo hice.

Escapando de mi entorno, construyendo un futuro nuevo

Vengo de una larga línea familiar con graves trastornos de salud mental y adicciones. Todos son extremadamente talentosos, pero muy defectuosos, y nunca lograron superar sus demonios.

Mis dos abuelos murieron por alcoholismo. Cuando tenía 4 años, mi abuela me emborrachó y casi me mata, y encima me culparon a mí.

En la escuela era una promesa del atletismo, pero también tenía dislexia y me costaba seguir el ritmo en clase. En tercer grado, la maestra me hacía parar frente a todos para leer, pero yo no podía.

Y nadie abogó por mí —ni mis profesores ni mis padres. En vez de decirles: «Tiene problemas de lectura», me decían: «No te esfuerzas lo suficientemente porque eres buen deportista».

Peor aún, mi padre se desquitaba conmigo al llegar de trabajar 12 horas. Cualquier cosa que hacía lo desencadenaba, y me golpeaba sin piedad.

Por eso, desde pequeño supe que tenía que escapar de ese ambiente por mi cuenta. Dejé Australia y construí una nueva vida en Estados Unidos.

Años después, cuando mi esposa quedó embarazada, el peso de esa responsabilidad me aterraba. Antes pensaba solo en mí. De pronto, se trataba de «nosotros».

LEAR  Alyssa Solomon se mantiene elegible para la UAAP después de retirarse del draft coreano.

Quería una niña, pero sabía que Dios me daría un varón. ¿Por qué? Para obligarme a romper el ciclo —y no hacer lo que hizo mi padre.

Y así fue. Cuando lo veo, veo lo que yo necesité de niño. Nunca le he levantado la mano. Quiero protegerlo a cualquier costo.

Algo muy serio

Siempre digo: «Ser padre es un proceso. Te estás metiendo en algo muy grande. Si lo vas a hacer, comprométete, porque estás jugando con otra vida».

Mi trabajo como padre es darle a mi hijo un espacio seguro para descubrir quién quiere ser, estar ahí para él, guiarlo, ser su mejor amigo y un buen ejemplo.

Le enseñaré las habilidades que necesita para triunfar. Le enseñaré a ser buena persona. Esa es mi labor.

Con los años, me he esforzado en mostrarle el comportamiento y las decisiones que quiero que adopte.

También insto a los padres a entender que no tienen tocar fondo para necesitar ayuda. Incluso profesionales exitosos —médicos, enfermeras, CEO— pueden depender de sustancias sin darse cuenta del daño que causan.

No hay que averonzarse de buscar tratamiento. Al hacerlo, darán un ejemplo invaluable a sus hijos.

La historia no tiene que repetirse —a menos que lo permitamos

A cualquier padre que esté luchando: tu pasado no tiene que dictar tu futuro. La ayuda existe, y puedes cambiar el rumbo de tu vida y la de tu familia. La adicción y el trauma no tienen que heredarse. El ciclo puede terminar contigo.

Para muchos, eso significará pedir ayuda o internarse. Veo padres que dan ese paso valiente cada día. También hay reuniones, y si te da miedo ir en persona, puedes conectarte en línea. Hay comunidades increíbles.

LEAR  Papel pergamino no tóxico más seguro sin productos químicos PFAS 'Forever'

No te avergüences. Elimina la culpa y perdónate por tus errores. Es parte de ser humano. Todos los cometemos.

Hace poco me preguntaron qué le diría a mi hijo sobre mi adicción cuando crezca. Le diría, simple: intenté escapar de mi realidad porque era muy dolorosa. Tú nunca tendrás que hacerlo, porque yo siempre estaré aquí para ti.

Una historia de libertad

Lo más valioso que me enseñó la recuperación es vivir el presente. Es un día a la vez. Hace poco celebré 19 años sobrio.

¿Qué aprendí? La recuperación es un estilo de vida. Se trata de proceso y progreso, no de perfección. Es estar ahí para ti, para poder estar para los demás.

Es asegurarte de estar sano en todas las áreas de tu vida, para servir a otros. Porque todos estamos sanando de algo.

Mi historia es una entre millones —moldeada por la lucha, pero no definida por ella. Lo que me motiva es la esperanza de que la historia de mi hijo sea una de libertad, no de supervivencia.

Crédito de foto: usuario de Flickr makelessnoise

Este artículo forma parte del programa MedCity Influencers. Cualquiera puede publicar su perspectiva sobre negocios e innovación en salud… [Enlace].