La organización Save the Children en España informa que más de 70,000 jóvenes viven en alojamientos precarios casi seis meses después del desastre de inundaciones de octubre.
La organización también ha advertido que muchos niños no pueden asistir a la escuela ‘normalmente’ y teme el impacto en su salud mental y su susceptibilidad a la violencia.
El jefe de respuesta de emergencia de la organización, Rodrigo Hernández, dijo: “La inundación dañó más de 75,000 hogares en el epicentro y muchas familias con niños y adolescentes todavía viven hoy en pisos que no cumplen con los estándares.”
Hernández agregó que vivir en alojamientos con deficiencias graves de construcción, propiedades insalubres o estar hacinados tiene un efecto en la salud, la seguridad y el bienestar.
Destacó que esto afecta especialmente al crecimiento, desarrollo y oportunidades de los niños y adolescentes.
La organización destacó el caso de Eduvmary, residente de Paiporta, quien tiene un niño de 10 años y un bebé de 10 meses.
Ella dijo que el moho en su apartamento ‘lo ha destruido todo’, lo que ha provocado que sus hijos contraigan enfermedades.
Ropa y otros artículos han tenido que ser desechados.
“Es esencial aumentar y consolidar la ayuda para la renovación y rehabilitación de hogares afectados por la DANA”, afirmó Rodrigo Hernández.
Señaló que las familias más vulnerables tienden a vivir en alojamientos alquilados, muchos sin contrato de arrendamiento, por lo que se necesitan medidas para ayudarles.
En cuanto a la salud mental, Save the Children dice que los jóvenes han sufrido los efectos del desastre.
Indican que seis meses después, todavía hay niños que temen a la lluvia o al clima extremo, mientras que los adolescentes han experimentado sentimientos de ira, rabia o incluso problemas para dormir, lo que ha llevado a la depresión en algunos casos.
Eduvmary dijo: “Cada vez que llueve, mi hijo mayor tiene miedo y me pregunta si lo iré a recoger a la escuela.”
“Siempre trato de tranquilizarlo diciéndole que si eso vuelve a suceder, debe ir al último piso, no venir a casa, esperar allí tranquilamente y ayudar a sus amigos”, agregó.
En las semanas posteriores al 29 de octubre, se estima que 40,000 menores en edad de educación obligatoria en las áreas más afectadas no pudieron ir a la escuela debido a la destrucción causada por las inundaciones.
Esto, según la organización, dejó muchos elementos de las causas fundamentales simplemente sin enseñar y todavía hay un número sustancial de jóvenes que no tienen una educación normal.
Rodrigo Hernández dijo: “Ahora que el final del año escolar está a la vuelta de la esquina, es esencial planificar programas de apoyo y refuerzo a mediano y largo plazo para que lo que no se enseñó pueda ser recuperado.”
“Repetir un año escolar es una medida socialmente injusta”, enfatizó.
La violencia aumentada sufrida por los niños es otro problema y Save the Children ha lanzado siete espacios seguros y amigables para los niños en diferentes municipios.
Un equipo de profesionales, incluidos trabajadores sociales, psicólogos y maestros, ofrece a los jóvenes apoyo emocional, físico y educativo en un entorno seguro.
También organizan actividades deportivas, creativas y de juego.
