La moda de Catherine, Princesa de Gales, ha ejercido una influencia considerable en la industria de la indumentaria desde que se diera a conocer su relación con el Príncipe William en 2002. Frecuentemente elogiada por su estilo elegante y accesible, se ha consolidad como un icóno de la moda, apareciendo de forma recurrente en las listas de mejor vestidas de publicaciones como Vanity Fair y Tatler. Su vestuario combina prendas a medida de diseñadores como Alexander McQueen y Jenny Packham con marcas de alta difusión como Zara y Hobbs, una amalgama que ha reforzado su imagen tanto cercana como regia.
El denominado “efecto Kate Middleton” describe el fenómeno por el cual las prendas que luce se agotan en cuestión de horas. También es conocida por su apoyo a la moda sostenible, reapareciendo a menudo con conjuntos ya vistos en eventos públicos. En 2016, Catherine protagonizó la portada del número centenario de British Vogue. Sus elecciones continúan atrayendo la atención mediática global y la admiración del público.
Y esta semana, durante una visita al Museo de Historia Natural de Londres, según Vogue España, lució un par de bailarinas marrones fabricadas en Mallorca. No obstante, Pretty Ballerinas es una marca del Grupo Mascaró que manufactura y vende calzado y accesorios femeninos a través de la empresa Desarrollos Insulares SAU y su fábrica en Menorca. Dicho ésto, aún así demuestra su pasión por la moda española.
La moda de Catherine recibió una atención mediática sustancial tras hacerse pública su relación con el Príncipe William en 2002. Según se cuenta, captó la atención de William durante un desfile benéfico en su alma máter, la Universidad de St. Andrews, al lucir en la pasarela un vestido transparante, de aire lingerie y sin tirantes, que originalmente había sido diseñado como falda por Charlotte Todd.
El vestido se vendió por 125.000 dólares en una subasta en 2011. Siendo objeto de persecución paparazzi en su vida cotidiana, su estilo fue fotografiado y publicado con asiduidad en la prensa. Su influencia creció tras ser fotografiada luciendo un vestido de Topshop de 40 libras a las afueras de una discoteca, que se agotó de inmediato. Lucía a menudo piezas de Jigsaw, donde trabajó como compradora de accesorios entre 2006 y 2007. Se le atribuyó a Middleton la fundación de un revival de la Sloane Ranger de clase media, con un vestuario considerable comprado principalmente en retailers de alta difusión. Su sentido de la moda fue calificado por la prensa como “seguro”, “deportivo” y “sensato”.
