Una reciente investigación de cardiólogos españoles sugiere que podría ser perjudicial que las mujeres tomen betabloqueantes tras un infarto, aunque el Ministerio de Sanidad de España se muestra crítico con el estudio y advierte a los pacientes que no dejen de tomarlos sin consultar.
Existe un desacuerdo entre el Ministerio de Sanidad y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) respecto a cuál debería ser la recomendación oficial sobre el uso de betabloqueantes.
Un nuevo estudio del centro de investigación concluyó recientemente que los pacientes que han sufrido un infarto sin complicaciones y mantienen una buena función cardíaca no necesitan tomar betabloqueantes, ya que no obtienen ningún beneficio y, en ciertos casos, incluso podrían resultar más perjudiciales que beneficiosos.
Los hallazgos mostraron que las mujeres, en particular, podrían verse afectadas negativamente por el consumo de estos fármacos.
El informe médico indicó que las mujeres con poco daño tras su infarto a las que se les administraron betabloqueantes tenían significativamente más probabilidades de sufrir otro ataque al corazón o de ser hospitalizadas por insuficiencia cardíaca. Además, presentaban el triple de probabilidades de fallecer como consecuencia de ello.
“Esto fue especialmente cierto en mujeres que recibían dosis altas de betabloqueantes”, afirmó el autor principal del estudio, el Dr. Borja Ibáñez, director científico del CNIC.
Cabe señalar que estos hallazgos solo se aplican a mujeres con una fracción de eyección del ventrículo izquierdo superior al 50%, lo que se considera una función normal.
No obstante, el Ministerio de Sanidad de España ha sido muy crítico con las conclusiones de este estudio. Advirtió a los pacientes que no deben suspender la toma de betabloqueantes sin consultar primero con sus médicos.
En declaraciones a la Cadena SER, el Secretario de Estado de Salud, Javier Padilla, instó a extremar la precaución con este tipo de recomendaciones.
Señaló que estos medicamentos no pueden retirarse a la ligera. “Debemos ser extremadamente cautelosos al tomar decisiones basadas en un único estudio, por muy novedoso que sea, cuando llevamos décadas reuniendo evidencias sobre el papel de los betabloqueantes en diversas patologías cardiovasculares. Por eso debemos ser muy prudentes con las recomendaciones que hacemos, especialmente a nivel individual”.
Padilla destacó que muchos pacientes acuden al médico para dejar la medicación tras conocer ciertos estudios, pero que puede no ser la decisión correcta para todos. Se muestra muy escéptico respecto a la necesidad de modificar el tratamiento del infarto, vigente desde hace 40 años.
Los investigadores en cardiología españoles estiman que podría haber 1.2 millones de personas en España tomando betabloqueantes a diario sin necesitarlos y, potencialmente, sufriendo efectos secundarios como consecuencia.
Esta investigación podría ayudar, efectivamente, a que los médicos reflexionen más sobre las diferencias en el tratamiento entre hombres y mujeres.
El director general del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares en Madrid, el Dr. Valentín Fuster, añadió que “Estos hallazgos reconfigurarán todas las guías clínicas internacionales sobre el uso de betabloqueantes en hombres y mujeres, y deberían impulsar un enfoque de tratamiento para la enfermedad cardiovascular específico por sexo, algo largamente necesario”.
El Dr. Andrew Freeman, director de prevención y bienestar cardiovascular del National Jewish Health en Denver, coincidió y declaró a CNN que “El género influye mucho en la respuesta a la medicación. En muchos casos, las mujeres tienen corazones más pequeños. Son más sensibles a los medicamentos para la presión arterial. Parte de esto puede deberse al tamaño, y otra parte a otros factores que aún no comprendemos del todo”.