La panadería coreana que busca desfrancesar los croissants

Paris Baguette

Paris Baguette tiene seis tiendas en Francia y tres en el Reino Unido.

Si entras al sótano de cualquier centro comercial en Singapur, es probable que huelas la dulzura de productos horneados frescos y mantecosos.

Filas largas de personas se agolpan en las panaderías coreanas, japonesas, taiwanesas y singapurenses, con bandejas y pinzas en mano, eligiendo rolls de crema, pan de leche, cruasanes rellenos o pasteles con frutas de las vitrinas.

Aunque su nombre e inspiración son claramente franceses —con decoración en los colores de la tricolor, carteles de la Torre Eiffel y un ambiente que busca emular el encanto de un café parisino—, Paris Baguette es 100% coreano.

"No limitaría nuestro pan solo a lo francés. Somos una marca internacional", dice Jin-soo Hur, presidente de SPC Group, dueña de Paris Baguette.

"¿Podrías decir que un cruasán es europeo? Yo diría que es un producto universal".

SPC comenzó como una pequeña panadería familiar hace 80 años. Hoy es líder en producción masiva de pan y pasteles en Corea del Sur, con 20,000 empleados y ventas de $5.6 mil millones el año pasado.

En 1988, Paris Baguette se convirtió en la primera marca coreana en abrir una tienda internacional en China, un mercado clave aún hoy. Actualmente, tiene 4,000 sucursales en 14 países, incluyendo Asia, Europa y EE.UU.

Sus planes de expansión son ambiciosos: más de 1,000 nuevas tiendas para 2030, muchas en EE.UU. Incluso construyen una fábrica en Texas, su mayor instalación en el extranjero, que abastecerá América del Norte y Latina.

Para Hur, conquistar el mercado estadounidense es una prioridad, pues significaría el éxito global de Paris Baguette.

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La comida como cultura

Paris Baguette usa el deporte en su estrategia, con alianzas como la del Tottenham Hotspur de la Premier League. Antes colaboró con el Paris Saint-Germain, ofreciendo sus productos en los partidos.

"La comida es cultura. El deporte lleva mucha gente al estadio, y en Londres hay buena energía", dice Hur.

El capitán de Corea del Sur, Son Heung-min, también es capitán del Tottenham. Pero para Hur, no se trata de que un coreano lidere el equipo: "El Tottenham es un club top, y Paris Baguette también quiere ser lo mejor".

K-mania

Hur admite que los trabajores no quieren madrugar para amasar a mano. Por eso, su empresa envía masa congelada a sus franquicias, mejorando eficiencia y vida útil.

En Asia, la demanda de panadería crece por la urbanización y estilos de vida acelerados. Las panaderías ofrecen desde clásicos franceses hasta sabores locales como pandan, durián o matcha.

Paris Baguette responde con una planta halal en Malasia para abastecer el Sudeste Asiático y Medio Oriente.

El chef Saverio Busato, del Culinary Institute of America, cree que la K-mania ayuda: "La gente ve algo en la pantalla y quiere probarlo. En Italia ya hay muchas panaderías asiáticas".

Pero, ¿la masa congelada iguala la calidad artesanal? Busato probó un cruasán sin saber su origen: "Está mal. No tiene miel en su interior, es hueco. No huele a mantequilla".

Aún así, reconoce que la producción masiva requiere masa congelada. Sobre el pan de leche coreano, opinó: "Es fantástico. Esponjoso, con buen aroma… me recuerda a mi infancia".

Adaptándose al mercado

La inflación en EE.UU. desafía a Paris Baguette. Competidores como Pret A Manger han cambiado su modelo tras pérdidas por la pandemia.

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Pero Hur no solo busca ganancias: "Si quisieramos solo eso, nos quedaríamos en Corea. Queremos cambiar la cultura del pan en el mundo. Es bueno para mi país y para la gente".