La Obsesión General por la Exposición Westwood | Kawakibu del NGV

Poner los puntadas anárquicas punk de Vivienne Westwood en la misma sala que las siluetas vanguardistas y alucinantes de Rei Kawakubo resulta en un duelo de moda donde el único perdedor es quien no reservó la entrada para la NGV. Es el tema favorito de la industria ahora mismo, con editores volando entre hemisferios, estilistas perdiendo la compostura y cada estudiante de moda fingiendo que “siempre ha estado profundamente influenciado por ambas diseñadoras”.

@ngvmelbourne via Instagram – Vivienne Westwood, conjuntos de la colección Portrait, otoño-invierno 1990–91. Londres, marzo 1990. Foto © Robyn Beeche. Modelos: Susie Bick y Denise D. Lewis

La moda punk como arma cultural: El manifiesto de Westwood

Las colecciones de Vivienne Westwood nunca buscaron ser “correctas”. Sus corsés parecían errores históricos y los tartanes nunca se llevaron bien con la tradición. Su trabajo con McLaren convirtió la King’s Road en un escenario político, donde camisetas rotas, imperdibles y pantalones de bondage fueron un dedo medio a la cultura británica de la corrección. Ella los reclamó, los marcó con su firma y los arrastró a las pasarelas y al mainstream con un mensaje claro: la moda es, de hecho, una forma de protesta cultural. En otras palabras, Westwood es una razón principal por la que el Punk y la New Wave no murieron en sótanos londinenses. Si el activismo ambiental se volvió apto para relaciones públicas, la tela se convirtió en un arma para cuestionar la autoridad y las subculturas nunca volvieron a la clandestinidad, es en parte porque Westwood lo hizo todo usable. Bendición, la verdad.

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¿Qué es siquiera una prenda? El conceptualismo de Kawakubo

Rei Kawakubo siempre ha operado en su propia dimensión; tampoco le importaba mucho la usabilidad, estaba demasiado ocupada reinventando la idea del cuerpo mismo. Sus siluetas en Comme des Garçons convirtieron la ropa en algo que obligaba a pararse a pensar, causando pánico moral en la moda más veces de las que creerías. En su mundo minorista, Dover Street Market, la moda es parte galería y parte experiencia, un espacio que constantemente nos recuerda su huella en la industria: desde alterar proporciones, hasta los impactantes looks negros de los 80 o sus diálogos con Yohji Yamamoto. Si lo vanguardista se volvió vocabulario cotidiano y la moda escultórica encontró su lugar en museos, es en gran parte porque Kawakubo hizo que lo raro, lo abstracto y el “¿esto es ropa?” fuera tema de conversación en cualquier marca.

Por qué en realidad tiene sentido compartir sala

Pocos lo saben, pero estas dos tienen historia de colaboración. En 2002, unieron fuerzas para una colección colaborativa efímera donde Kawakubo seleccionó archivos de Westwood y los vistió con telas de Comme. Honestamente, me sorprende que hayan tardado tanto en compartir sala, porque tiene mucho sentido. Usan lenguajes distintos, claro, pero ambas han dedicado décadas a rechazar reglas y cuestionar la belleza. La anarquía de Westwood y la abstracción de Kawakubo pueden parecer mundos opuestos, pero lo que yo veo son dos diseñadoras que han estado reescribiendo el mismo manual de instrucciones desde rincones muy distintos del mapa de la industria.

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