La nueva realidad migratoria en Polonia

En 2024, Polonia otorgó el número más bajo de permisos de residencia inicial de la última década. Esto representa una ruptura clara con el boom migratorio que había experimentado el país en los años anteriores.

Según datos de Eurostat, se concedieron algo menos de 490.000 permisos durante ese año. Esta cifra supone un descenso significativo respecto a los 642.789 de 2023 y equivale a la mitad del récord histórico de 967.345 alcanzado en 2021.

Aún así, Polonia se mantiene como el tercer país de la UE en volumen de permisos, solo por detrás de España y Alemania. Pero los números no mienten: se confirma una desaceleración tras años de registros sin precedentes en materia migratoria.

Un cambio de rumbo en política migratoria, tras años de récords

El contexto es clave. Este descenso se produce tras la etapa del gobierno de Ley y Justicia (PiS), en el poder desde 2015 hasta 2023. Durante su mandato, el PiS supervisó cifras de inmigración históricamente elevadas, llegando a liderar frecuentemente los rankings europeos en concesión de permisos de residencia. Según sus críticos, sus políticas permisivas facilitaron entradas masivas de migrantes, mayoritariamente de países vecinos del este como Ucrania y Bielorrusia, debido a la escasez de mano de obra local y a crisis humanitarias en la región.

Sin embargo, el nuevo gobierno de Donald Tusk ha optado por reforzar los controles. Durante su campaña, Tusk criticó con frecuencia la "migración descontrolada" del anterior ejecutivo y ahora concibe la inmigración como una cuestión de seguridad y estabilidad social. Sus medidas restrictivas incluyen requisitos más estrictos para visados de estudiantes y migrantes económicos. Paralelamente, se ha endurecido la política de deportación para quienes infrinjan la ley polaca.

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Qué implica este cambio para Polonia

La mayor parte de los permisos de 2024 fueron para ciudadanos ucranianos (46,3%) y bielorrusos (30,9%). Esto era esperable debido a las tensiones regionales y al desplazamiento masivo provocado por la invasión rusa de Ucrania en 2022. Otros grupos menores provinieron de Georgia, India y Turquía.

Por ahora, Polonia sigue siendo uno de los principales destinos para migrantes dentro de la UE. Pero la reciente reducción de cifras evidencia una transición: del enfoque de puertas abiertas de años anteriores hacia una política más cautelosa y controlada.

Analistas y expertos señalan que este giro tendrá probablemente repercusiones sociales y económicas. Los sectores más dependientes de la mano de obra extranjera serán los más afectados. A pesar de ello, el gobierno polaco insiste en que estas medidas son necesarias para preservar el orden y la seguridad en el país.