Los eventos más esperados tendrán lugar entre el 23 y el 31 de agosto. Crédito: Jesús Pobre
Jesús Pobre se prepara para el plato fuerte de su festival Agost Cultural, un evento que fusiona tradición, música y patrimonio. Organizado por el Eatim y la Associació de Veïns i Veïnes, el programa vuelve a celebrar la antigua cultura de la pasa, con actividades que reviven prácticas agrícolas centenarias.
Aunque el festival comenzó la semana pasada con la excursión Tres Molins, Tres Castells y un taller de farolillos para niños, los eventos más destacados serán entre el 23 y el 31 de agosto: dos escaldàs y un concierto del grupo folk de Alzira, Mala.
Jesús Pobre es uno de los pocos pueblos de la Marina Alta donde las tradiciones agrícolas siguen vivas, visibles en su paisaje, arquitectura y proyectos como el Mercat del Riurau. Entre sus costumbres más emblemáticas está La Escaldà, un proceso de escaldado de uvas para hacer pasa declarado Bien de Interés Cultural Inmaterial por la Generalitat Valenciana en 2018. Cada año, multitudes se reúnen en el Riurau del Senyoret – símbolo de este pasado agrícola – para presenciar esta demostración, con raíces en la época romana y prácticamente inalterada desde la Edad Media.
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El primer evento importante será la mañana del sábado 23 de agosto, con una escaldà participativa donde los vecinos pueden traer sus propias uvas para procesarlas con el método tradicional.
El viernes 29 de agosto, la música será protagonista con la actuación de Mala, un grupo de la Ribera que mezcla folk británico y norteamericano con sonidos valencianos. Su primer trabajo, Ep.1, fue nominado a Mejor Álbum Novel en los Premis Ovidi Montllor 2024.
A lo largo de los años, Agost Cultural ha acogido nombres destacados de la música tradicional como Musicants, Duna, Urbàlia Rurana y cantantes como Noèlia Llorens Titana e Hilari Alonso, reafirmando su compromiso con el legado musical.
El domingo 31 de agosto tendrá lugar la gran escaldà, comenzando con el encendido del fuego, el llenado del caldero con agua, mejorana silvestre para dar el color dorado a las pasas y sosa para acelerar el secado. El día también incluirá música tradicional, baile y gastronomía local, haciendo una celebración completa de un oficio que alcanzó su apogeo en los siglos XVIII y, especialmente, XIX, antes de declinar a principios del XX.
En Jesús Pobre, la tradición sigue viva – tan vibrante como siempre.
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